Tudela

Tercera edad al poder: así son las fiestas en las residencias

Dos de las residencias de ancianos de Tudela se encuentran a ecasos metros del corazón de la fiesta. Entre el 24 y el 30 de julio, tanto dentro como fueras las viven con energía.

Disfrutando del tradicional almuerzo popular en la Misericordia
photo_camera Disfrutando del tradicional almuerzo popular en la Misericordia

Adelina Lozano, que tiene 85 años, dice que ve menos actos de los que le gustaría en las Fiestas de Santa Ana. No obstante, hasta donde su silla de ruedas le permite llegar, ella se acerca sin pensarlo dos veces. El paseo del Queiles, a escasos metros de la entrada de la Residencia de la Real Casa de la Misericordia, es el destino preferido de Adelina cuando llega la noche. Allí disfruta de actuaciones musicales u homenajes como el del Tudelano Popular. Ella es solo un ejemplo de que la tercera edad también sabe disfrutar de las fiestas y de que, desde el punto de vista del personal de estos centros, la semana festiva tiene un componente muy importante en el bienestar de sus residentes.

Nuestro número de residentes nos permite vivir las fiestas como una gran familia y reforzar los vínculos”

Cristina Prado
Trabajadora social Residencia Ntra. Señora de Gracia

“Somos parte de una comunidad y uno de nuestros objetivos es fomentar la integración en esa comunidad. Así que las fiestas son un momento especial e intentamos hacerles partícipes en la mayor medida posible”, explica Cristina Pardo, trabajadora social de la Resiencia Nuestra Señora de Gracia. En este centro se planifican las Fiestas de Santa Ana involucrando en un alto grado a sus residentes y a los familiares, que también son una parte importante del ocio durante esos días. Uno de los momentos más especiales que se viven allí es el del almuerzo el día 24 de julio. “El ambiente que se respira ya desde el desayuno en esa jornada es de ilusión, tiene algo especial, además de momentos de mucho significado, como cuando preparamos los pañuelos antes de las 12. Al fin y al cabo se trata de cambios en las rutinas”, explica la trabajadora social.

Las vistas desde la residencia Nuestra Señora de Gracia son privilegiadas en cualquier momento de las fiestas

Intentar salir

Otro de los aspectos que tratan de cuidar son las salidas a la calle. Teniendo en cuenta la movilidad reducida de algunos de los residentes y evitando horas de excesivo calor, los trabajadores de la residencia intentan que los ancianos puedan disfrutar de costumbres tan arraigadas como tomarse un vermú y un pincho en una terraza o visitar espacios como las ferias de alimentación y de artesanía. “Solemos sentarnos a tomar algo, a veces vemos la bajada de las peñas, otras simplemente palpamos el ambiente... se trata de que salgan y se mezclen en la fiesta”, destaca Prado.

Las fiestas son importantes por la actitud de las trabajadoras, que contagian su alegría a los residentes”

Izaskun Crespo
Trabajadora social Residencia Real Casa de la Misericordia

La directora de la residencia Nuestra Señora de Gracia, Begoña Moreno, define la semana festiva como un periodo de mucha ilusión y en el que todos intentan crear un ambiente bonito, porque los residentes siempre viven las fiestas de Tudela con mucho cariño. “También nos visitan las charangas y los gigantes y eso enriquece la atmósfera que se respira esos días aquí”, señala. “Además, -añade Prado- el número de residentes que tenemos nos permite vivir estas cosas como una gran familia y reforzar los vínculos”.

En Nuestra Señora de Gracia residen grandes amantes de las Fiestas de Santa Ana. Una de ellas es Ángeles Llamazares, que a sus 93 años se erige como la ‘influencer’ más destacada del centro con sus fotos en Facebook. “A mis seguidores les encantan mis fotos”, asegura. La Revoltosa y el chupinazo son sus actos favoritos y lo que más echa de menos es acudir regularmente a la procesión de Santa Ana, a la que asiste “cuando puede” a la altura de la iglesia de San Jorge.

No tenemos ninguna queja, el trato es maravillos durante el año y también en las fiestas”

Adelina Lozano
Residente Real Casa de la Misericordia

Otra de sus compañeras, Carmen Gómez, de 97 años, también reconoce echar de menos el principal acto que ensalza a la patrona en el día grande y sentir nostalgia cuando escucha las campanas desde la residencia. No obstante, ambas agradecen el trato que reciben durante las fiestas y destacan la implicación del personal, tanto en el aspecto lúdico como en el culinario, ya que del 24 al 30 disfrutan de menús especiales. 

Durante las fiestas, no está de más algún capricho gastronómico

La gran cita del 27 de julio

En la Residencia de la Real Casa de la Misericordia, la trabajadora social es Izaskun Crespo, quien subraya aspectos importantes para que el buen humor y el ambiente festivo envuelvan a los residentes durante esos días de julio, como pueden ser la decoración o la música. “La música es un elemento muy reseñable en el contexto festivo y también lo es aquí”, explica. Precisamente por ello, el acto más destacado de las fiestas es el almuerzo popular que se organiza el día 27 en la que trabajadores, residentes y familiares disfrutan conjuntamente de un aperitivo y una sobremesa musical que se convierte en uno de los momentos más animados de la semana. “Hay incluso empleadas que se acercan ese día por aquí aunque no tengan que trabajar”, explica Crespo.

Lo que más echo de menos es ir a la procesión, porque no siempre puedo, y me encanta la Revoltosa”

Ángeles Llamazares
Residente Ntra. Señora de Gracia

La trabajadora social relata que desde mediados de junio los residentes preparan sus propias manualidades alusivas a las fiestas. Además, cuenta que una de las costumbres más arraigadas entre los ancianos es ver el homenaje a la Abuela de Tudela, algo que este año será imposible puesto que coincidirá con el almuerzo popular. Por si fuera poco, tres de las homenajeadas más recientes en este acto de la Peña Moskera residían en la Casa de la Misericordia. 

Adelina, la protagonista del inicio de estos párrafos, asegura que todas las personas que les atienden durante el año pero también en el contexto festivo son maravillosas. “No tenemos ninguna queja”, señala, algo en lo que coincide Cesáreo Mayor, de 82 años y natural de Aguilar del Río Alhama pero residente durante muchos años en Fontellas y habitual de las Fiestas de Santa Ana. “El trato de todos es exquisito y todo lo que se prepara es bonito”, comenta.

Son días de recordar anécdotas de las fiestas vividas en la juventud de nuestros mayores

En la Real Casa de la Misericordia, el día 24 tambié se vive con mucha emoción y es costumbre ver el cohete a través de las pantallas de televisión. Además, hay otros detalles como los desayunos con chocolate que se sirven en ocasiones especiales como el día de Santa Ana. “El ánimo es positivo en general en esos días, tanto entre los residentes como los trabajadoras. Les toca currar pero participan en esa alegría y lo viven mucho. Las fiestas son días importantes por esa actitud de las trabajadoras”, señala.

Curiosamente, el personal de la residencia también ofrece un servicio de picnic y preparan bocadillos para aquellos residentes que pueden acudir a algunos actos a los que otros no tienen posibilidad de asistir, como las corridas de toros o las verbenas. “En definitiva, nos adaptamos a los cambios de rutina que pueda haber e intentamos que se hagan salidas a puntos de la ciudad como la plaza o el Casco Antiguo”, asegura la trabajadora social.