Ólvega

Ólvega: historia, naturaleza y vanguardia en el Moncayo

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Ólvega es un municipio moderno, con 4.000 habitantes, unas infraestructuras y unos servicios ampliamente desarrollados y un movimiento asociativo fuertemente implantado.

El encanto y misticismo que ofrece el paisaje olvegueño a sus visitantes, no ha pasado desapercibido a grandes poetas y así, privilegiadas plumas, como las de Bécquer, Machado, Azorín y Gerardo Diego, han ensalzado sus excelencias. Ólvega abre sus puertas, de par en par, para recibir estos días al visitante, estará encantada de conocerte.

Historia

Uno de sus relatos más arraigados entre sus gentes no es otro que el de la creación del emblema de su escudo. El castillo y la torre en llamas que resaltan en la heráldica municipal se funda en un hecho histórico que tuvo lugar en 1.474.

Los vecinos de Ólvega conmemoran la efeméride el 14 de marzo, justo el mismo día en el que los entonces habitantes del pueblo fueron quemados en la fortaleza por orden del Conde de Medinaceli, Agastón de la Cerda.

Aunque existe una leyenda que dice que fueron los propios habitantes de Ólvega los que prendieron fuego a la fortaleza, lo cierto es que la orden vino directamente del conde, y la mano ejecutora fue la de Don Carlos de Luna y Arellano, Marqués de Ciria y Borobia y a su vez capitán general del Conde.

Ruta de Bécquer

El encanto del Moncayo no sólo se palpa en su cima, una de las rutas más demandadas por aquellos que buscan una experiencia para recordar. La ruta de Bécquer, genio de la poesía que ligó muchos tramos de su vida a los alrededores del encantador Moncayo, es otra de las destacadas. Dirigiéndose al santuario de Agramonte, surca las faldas de la montaña con la vista puesta en el pueblecito de Vozmediano.

La ruta de los encinares también se disfruta sobre todo por sus dos horas repletas de un paisaje en el que los imponentes bosques apaciguan y transportan al caminante a una tranquilidad impropia de otros lugares. La de los Siete Infantes bordea el río Araviana marcando como destino el espectacular alto de Toranzo y sus puntiagudas peñas.

Yacimiento de Juan Cañón

Dentro de las posibilidades del senderismo o la rutas en BTT, cabe también añadir el conocimiento paleontológico. La excursión que se adecúa a esta posibilidad no es otra que la llamada Ruta de los Fósiles. Tiene una parada intermedia, en el barranco de Juan Cañón, desde el que las vistas son imponentes. Allí se conserva un yacimiento de fósiles del periodo terciario, enclavado cerca de un manantial. Es sólo el principio de un recorrido desde el que se pueden divisar Ólvega, la ermita de San Marcos

y el pueblo de Muro.

Tampoco hay que olvidar la Ruta del Viento, a través de la cual se puede realizar un repaso por los parajes de mayor belleza del término de Ólvega y apreciar con detalle el parque eólico en la cima de la Sierra... ¡No te lo pierdas!