Tudela

Melodías y estribillos para una Navidad

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Aqué me recuerda la Navidad? A villancicos, es innegable. A muchos recuerdos de cuando era niño”. Quien habla es José Antonio Morella, director de la Coral Virgen de Nieva, de la Banda de Valtierra, músico y ejemplo de varias generaciones y recientemente galardonado con el Premio Honorífico Fernando Remacha otorgado por el conservatorio de Tudela. A él, hombre ligado a las notas, los pentagramas y los instrumentos, la Navidad le traslada a un estado de ánimo especial. Porque Navidad y música se entremezclan en la cultura popular, en los hogares y en la calle.

Morella es una de esas personas que, a partir de noviembre, comienza a preparar actuaciones para interpretar durante las fechas navideñas. “Son días especiales, con mucho ajetreo, en los que intento disfrutar de la familia pero también tengo trabajo con mi otra pasión”, explica. El concierto del 30 de diciembre, en el que la banda municipal de su localidad versiona diferentes temas de estilos tan dispares como el rock o la salsa ha sido una de las citas ineludibles de estos años. También la misa de Reyes, en la que la coral canta villancicos, o la propia cabalgata, en la que el protagonismo reside en la banda infantil. “En ese sentido, el relevo está asegurado”, afirma Morella.

Más allá de estas obligaciones, al músico ribero le afloran los recuerdos de su padre, que en estas fechas entretenía a sus hermanos tocando la armónica. “Él fue quien me introdujo en la música y también quien me dijo que eso iba antes que el balón”, dice con una sonrisa. “Sobre los villancicos, me gustan mucho las rondas por la calle. Se está perdiendo, pero en Valtierra se sigue haciendo con los niños del colegio y es muy bonito”, señala. ¿Su villancico favorito? “Sin duda ‘Noche de Paz’, por su belleza y porque es el que más veces se habrá interpretado”, dice.

Cómo no, a un buen director le gustan los platos gourmet, musicalmente hablando. Y el concierto de Año Nuevo en Viena es uno de ellos. “Me encanta verlo. Strauss es muy escuchable, llega muy fácil al público. Mi sueño es verlo en directo alguna vez, pero es complicadísimo. Aun así, tuve la oportunidad de asistir a un concierto en ese mismo escenario, en Viena, durante un viaje con la banda de Valtierra. Siempre lo recordaré”, rememora con cariño.

Diego Ramírez, la visión pedagógica

Otro auténtico fan del concierto de Año Nuevo es Diego Ramírez, director del Conservatorio y la Escuela de Música de Tudela. “Haya salido la noche anterior o no, siempre estoy preparado frente a la televisión. No me lo pierdo”, asegura. Además, el profesor tudelano inculca a sus alumnos el valor de este evento que marca el principio de cada año. “Después en clase les pregunto si lo han visto y lo comentamos... para mí es un concierto muy importante”, añade el director del conservatorio.

La importancia de las piezas navideñas en los planes académicos de los centros de enseñanza musical es evidente. “Diciembre siempre es un mes en el que dedicamos mucho tiempo al villancico en las clases. De esa manera conseguimos también una formación con carácter más lúdico y pedagógico”, explica Ramírez, quien paraleleamente prepara un concierto con otros compañeros músicos que se celebra cada 22 de diciembre, cuyo objetivo es “acercar la Navidad musicalmente hablando a la ciudad”.

Entre los clásico y lo contemporáneo, Ramírez prefiere quedarse “con los villancicos tradicionales”, sin rechazar “la frescura que aportan versiones o nuevas aportaciones de grupos o cantantes en la actualidad”. Curiosamente, su pieza preferida coincide con la del maestro Morella. “Para mí, ‘Noche de Paz’ guarda la melodía más bonita y también tiene un mensaje especial de solidaridad y amistad”, afirma. Un espíritu que le gustaría que “perdurara a lo largo del año y no solo durante la Navidad”.

Los Flamingos, Navidad de despegue

Para el grupo indie Los Flamingos, sus navidades como formación han tenido significados diferentes pero igual de importantes. “Las de 2015 fueron de asmiliación, porque empezábamos y el eco fue muy grande. Las de ahora son de despegue, de retomar las cosas después de unas semanas en las que hemos estado parados”, afirma Néstor Gayarre, guitarra y voz de la banda.

Hace ahora un año el grupo daba sus primeros pasos, con David Albacete, que ahora se ha marchado a Oxford (Inglaterra), como tercera pata de la formación junto con Gayarre y Gaizka Sola, el batería. Diego Pina, natural de Arguedas y teclista, llegaría más tarde. Juntos han sacado un EP y han tocado en más de 30 conciertos durante 2016, junto a artistas de la talla de Miss Cafeína o Carlos Sadness. “No habríamos imaginado esto. Como deseo para esta Navidad, vamos a pedir que tengamos algo de continuidad. Estamos muy motivados con las dos nuevas incorporaciones que hemos hecho al grupo”, señalan Gayarre y Sola.

"Para mí, ‘Noche de Paz’ es el villancico más bonito, no solo por su melodía sino también por el mensaje de solidaridad y amistad que transmite"

Diego Ramírez

Director del Conservatorio y Escuela de Música de Tudela

"Tuve la oportunidad de presenciar un concierto en el escenario en el que se interpreta el de Año Nuevo; siempre lo veo en la telvisión y sueño con hacerlo en directo alguna vez"

José Antonio Morella

Premio Honorífico Fernando Remacha 2016

Todos ellos comparten recuerdos de infancia relacionados con la Navidad y la música. “Estuve en el Conservatorio, con trompeta y coro, y allí trabajábamos mucho el tema navideño. Además, mi familia siempre ha sido de cantar villanicos. Pero el año pasado, como el tema del grupo estaba en plena ebullición, era yo el que sacaba la guitarra y se arrancaba con alguna canción”, señala Gayarre. Pina y Sola, por su parte, rememoran momentos relacionados con rondas de villancicos siendo muy niños. “Yo estaba en la ikastola y tengo muy buenos recuerdos”, admite este último.

Ahora bien, si Los Flamingos tuvieran que versionar o adaptar un villancico, lo tendrían un poco complicado. “No sé si nos adaptaríamos nosotros al villancico o el villancico a nosotros, pero no lo descartamos para un futuro, claro que no”, coinciden los tres al unísono. “Nuestra música y la filosofía del grupo recuerda más al verano, al calor... el flamenco que tenemos como símbolo se congelaría”, bromea Pina.

Aun así, todos ellos aprecian las internadas de grupos como Coldplay o Iron Maiden en la temática navideña, especialmente Néstor Gayarre, quien antes de que la aventura de los Flamingos solía hacer ‘covers’ de diferentes canciones. “Llegué a hacer uno de ‘Happy Xmas (War Is Over)’ de John Lennon, pero ese no lo grabé”, cuenta.

Beatriz Briñas, maestra y gaitera

Precisamente las canciones más contemporáneas son las que emocionan más a Beatriz Briñas, profesora de Música en el Colegio Huertas Mayores y componente de los Gaiteros de Tudela. Entre esas dos facetas pasa las navidades, siempre con ensayos, arreglos y actuaciones que copan su agenda particular. “Con los niños preparamos la ronda en la que participan todos los colegios y también el Festival de Villancicos de la Orden del Volatín”, explica.

"Estoy atenta a los éxitos musicales del año y siempre elegimos una para después adaptarle la letra al tema navideño y cantarla en el Festival de Villancicos de la Orden del Volatín"

Beatriz Briñas

Maestra de Música y gaitera

"Si versionáramos, no sabemos si el villancico se adaptaría a nosotros o nosotros al villancico, pero, ¿quién sabe? No lo descartamos para alguna vez"

Néstor Gayarre, Gaizka Sola y Diego Pina

Los Flamingos

Precisamente en este recital con más de tres décadas de historia, Briñas saca a relucir toda su creatividad. “Para cambiar un poco de registro, adapto canciones que han sonado mucho durante el año o en verano, creando una letra alusiva a la Navidad. Estoy todo el año atenta, dándole vueltas. Después ensayamos, vemos cómo se puede adaptar y la lanzamos en el festival”, añade. Para este 2016, su coro de alumnos sorprenderá con una adaptación de uno de los hits del verano. “Ya lo hemos hecho con ‘Madre Tierra’ de Chayanne o ‘Bailando’, de Enrique Iglesias”, cuenta.

En la familia Briñas, la tradición de los villanicos en la Navidad ha estado presente. “Yo creo que siempre está, en todas las familias. Al final siempre salen cintas con versiones modernizadas pero con los clásicos”, dice. Beatriz recuerda con cariño algunas rondas de villancicos en las que participaba cuando era niña y que “se están perdiendo”. “Es una pena, pero está más de moda que los críos salgan a pedir chucherías en ‘Halloween’ que las rondas”, señala.

Como gaitera, disfruta de estas fechas en las que las actuaciones de la agrupación se multiplican. “El día 24, con el desfile de Olentzero, es el más especial. Ahí no nos turnamos, queremos tocar todos. Los momentos con los compañeros siempre son muy divertidos. Aunque nos toque estar en muchos sitios, lo pasamos muy bien”.