Tudela

Una (bis)abuela muy animada y alegre que no para

La vida no se lo ha puesto fácil a Mari Carmen Arano Rada, Abuela de Tudela 2018. Tuvo que cuidar a su marido enfermo durante 20 años y uno de sus dos hijos falleció con 52 años.

Mari Carmen Arano Rada, Abuela de Tudela 2018
photo_camera Mari Carmen Arano Rada, Abuela de Tudela 2018

La vida no se lo ha puesto fácil a Mª Carmen Arano Rada. Tuvo que cuidar a su marido enfermo durante 20 años y uno de sus dos hijos falleció con 52 años. “Eso es muy duro”, nos dice manteniendo la compostura. Aún así, esta mujer de 86 años ha seguido adelante con un buen humor, con un optimismo y con una actividad admirable. “Yo creo que es porque no me he dejado, así como otras se arrinconan, yo he tenido que ir al centro y he ido, tenía que ir a la peluquería y allí estaba, no he querido estar quieta”. Y así la vemos ahora, sentada durante unos segundos y de nuevo sin parar, atenta a todo y muy simpática.

Cuando no está con las ‘Chicas de Oro’ en el Barrio de Lourdes está haciendo gimnasia o paseando con su hermana Ana

Mª Carmen ha sido elegida este año como la Abuela de Tudela. Aunque es abuela de 3 nietos (2 en Zizur Mayor y uno en Zaragoza), también es bisabuela, “el pequeño Mario que tiene dos años y vive en Zaragoza y no los veo tanto como quisiera”. Tiene a la familia entre Zizur y Zaragoza, pero también ha forjado su ‘familia’ aquí en su barrio, en el de Lourdes.

Su infancia la pasó en la plaza de la Estación, donde su padre trabajaba en la fábrica de harinas. Vivían en la misma casa de la fábrica. Más adelante se vino a vivir a su barrio, donde lleva más de 50 años y donde se ha convertido en toda una institución.

La llamaban la ‘pantalonera’ porque trabajó de sastre “y yo creo que le he hecho pantalones a todos los de la Peugeot y Sanyo, que era donde trabajaba mi marido”. Desde los 14 años con la aguja en mano y “ahora ya lo he dejado porque tengo la mano estropeada después de que me rompiera el radio”.

Aunque dejarlo, lo que se dice dejarlo, no lo ha dejado del todo porque todos los días se pasa por el Centro de Mujeres de Lourdes a ayudar y a enseñar las artes de la aguja y el ganchillo. “Allí les enseño a hacer punto y estamos muy entretenidas”, dice. En una gran mesa redonda se reúne con sus amigas y forma parte del club de ‘Las chicas de Oro’, que así las han apodado cariñosamente el resto de sus compañeras y amigas del centro. “Yo creo que nos llaman así porque somos las mayores”.

Mari Carmen Arano Rada

Entre el punto, ganchillo, bolillo y las pinturas van pasando las tardes, pero no es lo único con lo que se entretiene. Si parece que es más joven de lo que su DNI apunta es porque se cuida y no para en todo el día. Ya nos había avisado Conchita Bueno antes de hablar con Mª Carmen, “ya veréis que es muy animada y que está siempre haciendo cosas”. Y así es, porque cuando no está en el centro es porque está en la gimnasia, o andando, o haciendo las labores de casa. “Tengo gimnasia en el Centro Cívico 3 días por semana, los miércoles pilates que ¡hasta nos tumbamos en el suelo y todo!” dice orgullosa de sus actividades y de todo lo que hace. 

Le llamaban la ‘pantalonera’ porque trabajaba de sastre y toda la Peugeot y toda la Sanyo llevaban pantalones que ella había confeccionado

Pero no solo hace ejercicio en la gimnasia, también se va a recorrer todo el barrio de Lourdes con su hermana peña, la única que tiene, Ana. “Ella anda mucho, y nos vamos a dar una vuelta hasta la ETI, luego cogemos el vial y ahí estamos entretenidas las dos”. Reconoce que se llevan muy bien, pero a pesar de pasarle 6 años a su hermana, “me riñe porque dice que no hago las cosas bien”, se ríe.

Cuenta que ahora que están de vacaciones de la gimnasia se aburre algo más, “por las tardes se me hacen un siglo”. No pierde la rutina de andar, pero el ajetro se relaja demasiado durante estos meses. Aún así, ya está preparada para coger de nuevo su ropa blanca y disfrutar de las fiestas de  Santa Ana y del homenaje que la peña Moskera le va a preparar el próximo 27 de

julio a las 12 de la mañana en la plaza de la peña. “Mi familia está muy ilusionada y contenta”, dice con su radiante sonrisa.