Ólvega, la niña del Moncayo

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Se dice de Ólvega que es "la niña del Moncayo". Ólvega es un municipio moderno, con 4.000 habitantes, unas infraestructuras y unos servicios ampliamente desarrollados y un movimiento asociativo fuertemente implantado.

El encanto y misticismo que ofrece el paisaje olvegueño a sus visitantes, no ha pasado desapercibido a grandes poetas y así, privilegiadas plumas, como las de Bécquer, Machado, Azorín y Gerardo Diego, han ensalzado sus excelencias. Ólvega abre sus puertas, de par en par, para recibirte, estará encantada de conocerte.

Arte y patrimonio

Son reseñables las numerosas ermitas que adornan el término municipal de Ólvega. la de San Roque, que honra al co-patrón de la localidad, está situada en un parque cuidado y delicioso. El templo sirvió en tiempos de epidemias como lazareto u hospital, al estar situada fuera del pueblo.

Una alegre romería es el principal acto relacionado con la ermita de San Marcos, que antaño perteneció al ya extinto poblado de San Juan de Campiserrado. El área en la que se sitúa es tranquila y con aire bucólico. Se accede al templo por la carretera en dirección a Soria. También como lugar de culto en un antiguo poblado servía la ermita de San Bartolomé, situada en el valle de Araviana. En el centro del pueblo, y con la curiosidad de ser el edificio más antiguo del casco urbano actual, se erige la ermita de los Mártires, un templo muy vinculado a la historia y a los destinos de la pequeña aldea que fue Ólvega en la época medieval.

La de los Mártires fue lugar de refugio para las gentes de la localidad en épocas de indefensión durante el periodo bajomedieval. Prueba de ello es el mural que preside el templo en su interior, que ilustra uno de los momentos cumbre de la historia del pueblo, cuando en 1474 murieron 430 vecinos en la toma del Conde de Medinaceli. Precisamente para conmemorar a aquellos mártires inocentes se construyó esta ermita.

Por último, la ermita de la Virgen de Olmacedo, co-patrona de Ólvega, destaca por su estilo rural y por tratarse del último edificio románico construido en la provincia de Soria, en una época en la que el posterior gótico comenzaba a imponerse.

La Iglesia de Santa María la Mayor es la referencia en cuanto a arte sacro. Su torre almenada la convierte en una imagen más que visible a la entrada de la villa. Fue restaurada en 1990, incluyendo también la puesta a punto de su retablo mayor.

El Museo Antropológico de José Escribano alberga más de 7.000 piezas que representan utensilios e instrumentos, además de edificios emblemáticos de la comarca

No menos importante dentro del patrimonio de Ólvega es el Museo Antropológico de José Escribano, labrado a base del esfuerzo y trabajo de este vecino de Ólvega. Cuenta con más de 7.000 piezas, buena parte de ellas representaciones al mínimo detalle de oficios tradicionales. El visitante podrá conocer de cerca útiles de labranza, de los antiguos curtidores, toneleros, carboneros, hojalateros, queseros o tejeros, por decir sólo alguno de los más de 37 oficios que tiene representados en su museo.

La exposición que puede verse en la casa de José Escribano, abierta a todo aquel que quiera acercarse a ella, se completa con magníficos trabajos en piedra y otros materiales que representan edificios emblemáticos y de gran contenido artístico e histórico de Ólvega, y aún de otros lugares de la provincia.

Rutas naturales

La cercanía con el Moncayo hace de Ólvega un lugar idóneo para disfrutar de los parajes naturales que la rodean a través de rutas aptas para senderismo, bicicleta o incluso a caballo. A través de municipios como Cueva de Ágreda o Fuente de Ágreda es posible disfrutar de más de 3 horas de paseo por caminos acondicionados, e incluso acometer una ascensión a la cima.

Otras rutas destacadas son la de Bécquer, hacia el Santuario de Agramonte y Vozmediano, ya en las faldas del Moncayo; la de los Encinares, con más de 2 horas rodeado de bucólicos bosques y 8 kilómetros disponibles; o la de los Siete Infantes, que transcurre guiándose por el río Araviana y asciende al espectacular alto de Toranzo y sus peñas, a través de las cuales se tiene la sensación de traspasar la montaña.

La Ruta del Viento, por su parte, da un repaso a los parajes de mayor belleza del término de Ólvega: un paseo por el frondoso robledal, visita del parque eólico en la cima de la Sierra, descenso hasta la Mina Petra y regreso a Ólvega por el Camino de la Vía Vieja. La duración aproximada es de 3 horas y 15 minutos y es ciclable al 85% y acondicionada en su totalidad para el recorrido ecuestre.

Una posibilidad que depara variedad paisajística y paleontológica es la Ruta de los Fósiles, con parada en el Barranco de Juan Cañón. Allí se halla un yacimiento de fósiles del terciario y también un manantial, aunque sólo se trate del inicio de un entretenido recorrido por el que se pueden disivar Ólvega, la Ermita de San Marcos y Muro. En definitiva, perderse por los alrededores de la localidad permitirá al visitante admirar la majestuosa estampa que proporcionan el monte y la vegetación propias de la zona.