Tudela

La Orden del Volatín, el motor de las jornadas

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“Unos 130 actos, más de un centenar de entidades implicadas en diez días de fiesta… creo que las cifras hablan por sí solas, que no nos estamos inventando nada”. Lo dice Rafael Remírez de Ganuza, presidente de la Orden del Volatín. La asociación cultural tudelana, fundada en 1969, es el verdadero motor de las Jornadas de Exaltación y Fiestas de la Verdura, en su condición de entidad organizadora y, por añadidura, ideóloga de un programa de actos que cada vez abarca más ámbitos.



“Nuestro objetivo siempre ha sido recuperar, preservar y poner en valor las tradiciones más características de Tudela”, recuerda el presidente de la Orden. Con ese ‘abecé’ de funcionamiento, la fiesta ha ido evolucionando en sus veintidós ediciones, pasando de un solo fin de semana a diez días de tributo a la huerta. Y siempre girando en torno al concepto matriz, a la joya de la corona: la verdura. “Concebimos la verdura como un patrimonio cultural no sólo de Tudela, sino de toda la Ribera. Un patrimonio con muchísimas caras, no solamente la del propio producto, sino también la forma de cocinarla, la forma de cultivarla a través del papel del hortelano... de eso van las jornadas”, añade Remírez de Ganuza.

Hortales y plántulas

El concurso de hortales, para el que se han repartido plántulas de las tres variedades propias y genuinas de lechuga en Tudela (grumillo, cogollo negro y cogollo blanco), es un ejemplo de esa visión integral de la verdura. “Vamos a dar la oportunidad de seguir el crecimiento de estas variedades y posteriormente de verlas, tocarlas y degustarlas”, dice el presidente. La verdura como relato, como proceso vivo, como cultura de la tierra. Lo mismo ocurre con otras propuestas como el concurso de limpieza y corte de verdura, que repite por segunda vez en el programa, o las novedosas horas lectivas para alumnos de bachillerato en las que aprenderán qué es una menestra y cómo se prepara. La clave es exaltar, no sólo con el consumo, sino también a través de la divulgación.

Llegar hasta el actual diseño de las jornadas, a lo largo de 22 años, ha tenido como protagonistas a los miembros de la orden que fueron dando forma a la fiesta. “Quienes nos precedieron se dieron cuenta en su día del potencial que tenía la verdura desde el punto de vista gastronómico, turístico y económico. Hace una década, aproximadamente, dimos el salto cualitativo que nos ha llevado hasta lo que las jornadas son hoy en día”, afirma Remírez de Ganuza.

Una fiesta familiar

Su naturaleza, a la vez lúdica y educativa, ha hecho que las Jornadas de la Verdura se hayan convertido en una cita de carácter intergeneracional. “Hemos conseguido que se convierta en una fiesta familiar, con protagonismo para todas las edades”, dice el presidente. De cara al futuro, los retos están claros. Transmitir el mensaje directo y real de que éstas son las Fiestas de la Verdura de toda Navarra y de que, con la referencia de otras citas gastronómicas de enjundia a lo largo de Europa, pueden proyectarse internacionalmente con los apoyos adecuados. Así que, nunca mejor dicho, ¡que empiece la fiesta!