Tudela

La Nochevieja es una fiesta joven que comenzó a celebrarse ya adentrado el siglo XX

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La celebración de la Nochevieja, noche de “cabodaino”, como la llamaban nuestros antepasados, es otra de esas fiestas que parece se remontan a muchos siglos, cuando la realidad es que todavía no hace un siglo que se comenzó a celebrar, y no de una manera folclórica como en los últimos tiempos. Para documentar esta afirmación, he repasado todos los periódicos de finales del siglo XIX y en ninguno de ellos aparece referencia a espectáculo ni celebración esa noche. Sí consta cómo, la noche del 31 de diciembre de 1897, en el Centro de Agricultores y Ganaderos, que era un sociedad que había en la calle Herrerías, con gran número de socios y donde sabemos se daban bailes en la primera planta en carnavales y fiestas de San Ana, este día se dio una conferencia, sobre el tema de la Fiesta del Árbol que se trataba de organizar por primera vez en Tudela, lo que nos indica que ese día no había allí baile ni celebración.

Las primeras referencias en el siglo XX, son más de carácter religioso y vemos cómo se solemnizaba el día con celebraciones litúrgicas en las parroquias e iglesias de la ciudad, con cultos especiales consistentes en visitas a los altares, que se adornaban de manera especial y el rezo de un Te Deum y un responso.

Algún espectáculo, encuentro reflejado en los periódicos tudelanos, pero no de noche como se ha generalizado ahora. En el periódico El Anunciador Ibérico del día 3 de enero de 1903, escribe, sin referirse a Tudela, que había personas, a las que llama ‘agüeras’ que hacían infinidad de simplezas para que el año entrante fuese bien y entre otras cita: «Personas hay que creen que para que el año vaya bien, hay que empezarlo comiendo un grano de uva a cada campanada de las primeras doce que den». No será hasta la década de 1920 cuando encuentro ya referencias ciertas de que en Tudela, en algunas casas se comenzaban a tomar las uvas al compás de las últimas campanadas del reloj y que algunos empezaban a salir a la calle y a locales de recreo.

En la actualidad, y ya desde hace ya más de 50 años, existen diversas formas de celebrar la Nochevieja: Son muchos quienes cenan en sus casas, por lo general cenas extraordinarias y suculentas, en las que como día especial se mezclan como primer plato, consomé, mariscos o ensalada, que en muchas casas suele ser de cardo rizado y también cogollos de lechuga. Para segundo plato, pescados, sobre todo merluzas, angulas, o parrillada de mariscos; y como tercero, carne (entrecot, ternasco, solomillo, etc.) Se termina con el postre, que mayormente es turrón. Para beber, vino y cava o champán.

A partir de este momento, unos prefieren quedarse en casa viendo el programa de televisión y tomar las doce uvas, al son de las campanadas del reloj de la Puerta del Sol de Madrid, mientras otros, sobre todo los jóvenes, salen a la calle, repartiéndose entre bailes, peñas y bares. El día de Nochevieja, antes de abrirse los bailes públicos, era otro día de ronda.

Otro sistema de celebrar la noche de San Silvestre, es acudiendo a restaurantes, que sirven «cena cotillón», en la que, además de la comida y las bebidas, incluyen, una bolsa con sombreritos de papel, gafas, narices de plástico, serpentinas, confetis, etc.

La carrera de San Silvestre

El día 31 de diciembre del año 1979 comenzó a correrse en Tudela una carrera cross es-colar, organizada por el Consejo Superior de Deportes y los colegios de Tudela, para escolares de 9 a 19 años. El recorrido, diferente para unas edades y otras, era en todos los casos por las calles de Tudela, para terminar en el Muro, donde estaba instalada la meta y el podium.

Con el tiempo esta carrera se transformó en un Cross popular, y desde 1981 la organiza la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento. La prueba tenía dos categorías, una para niños, y otra para el resto de participantes, que aunque corrían juntos, estaban distribuidos por edades y categorías. Resultaba espectacular, por los cientos de participantes que corrían los aproximadamente seis kilómetros del trayecto. Comenzaba a las 5 de la tarde con los más pequeños, para continuar hacia las 6,30 o 7 con la de los mayores, que recorrían las calles más céntricas de la ciudad.

Después de haber sido organizada y celebrada por las calles del Casco Viejo tudelano durante años, en el último San Silvestre del siglo XX, el trazado cambió al barrio de Lourdes, con salida y llegada en la plaza del Padre Lasa. El recorrido resultó más cómodo para los 635 participantes, pero perdió espectacularidad, al no recorrer las calles del centro de la ciudad. La carrera principal bajó a una participación de 199 personas, que recorrieron los 6.420 metros establecidos.

El recorrido volvió de nuevo a las calles del casco antiguo, pero hubo quejas por parte de los participantes del firme resbaladizo de algunas, por lo que el año 2007, fue de nuevo modificado y se efectuó por el centro de la ciudad.

En los años 2007 y 2008 se realizaron tres recorridos diferentes: El más largo de 2.250 metros, un recorrido medio de 1.150 metros y, por último, un tercero más corto para niños con 450 metros. El número de atletas participantes en la categoría absoluta el último año 2013 que constituyó la XXXIII edición fue de 1.298 entre masculinos y femeninos y la prueba reunió a un total de 2.344 deportistas inscritos en las diversas categorías. En la categoría absoluta femenina triunfó la tudelana Violeta Sampériz, mientras que en masculina se lo llevó el zaragozano Carlos Vázquez