Tudela

La belleza tambiés es cosa de ellos

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Hay estudios que muestran que el 'chip' cambia más tarde, pero no por ello deja de ser diferente. Los hombres, de un tiempo a esta parte, se preocupan cada vez más por mantenerse atractivos y cuidar su aspecto, una parcela que parecía exclusivamente reservada para las mujeres. Volviendo al inicio, es cierto que en el caso del sexo masculino la inquietud por cuidar el cuerpo comienza algo más tarde, alrededor de los 40, ya que es entonces cuando signos como las canas y las arrugas empiezan a acrecentarse.

Para ellos también existen todo tipo de tratamientos, aunque hay rangos de inmersión en el cuidado estético de muy distinto calado. Normalmente, según datos que manejan los propios centros de belleza, son cada vez más los usuarios de este tipo de servicios que rondan la franja de los 30-35 años, por lo que el rejuvenecimiento también se da, poco a poco, en la edad del cliente tipo.

Las canas y la caída

Muchos de esos varones que muestran interés en mantener viva esa sensación de 'eterna juventud' comienzan por dedicar sus esfuerzos al cabello. En lo que al pelo se refiere, existen dos preocupaciones que encabezan el ránking con claridad: las canas y la caída del cabello.

No son pocos los hombres que ya recurren al tinte continuado y regular para hacer desaparecer esas 'marcas incómodas' de vejez. En lo que a la calvicie se refiere, los principles tratamientos que la combaten son las espumas o ampollas anticaída, siendo el mioxidil el rey de los tratamientos. El pelo crece y recupera su espesor y grosor, aunque, una vez iniciado un tratamiento con este tipo de productos, habrá de mantenerse en el tiempo y no dejarlo, puesto que la regularidad es la única condición indispensable para que funcione.

El rostro también es importante para ellos. Las arrugas o las patas de gallo también forman parte de la evolución vital en los varones y los centros de estética acogen a cada vez más clientes masculinos que buscan mitigar sus efectos. Las máscaras faciales se están extendiendo entre el público masculino, ya que son de gran utilidad para eliminar impurezas de la cara. Además, un ejemplo del crecimiento de este mercado queda patente con la proliferación de cremas exfoliantes o tónicos, con una presencia cada vez mayor en el ámbito de la publicidad.

La obsesión por el abdomen

Sin duda alguna, el antecedente de todos los 'puntos negros' a eliminar en el cuerpo masculino es el abdomen. La obsesión por conseguir lucir unas abdominales perfectas es muy anterior a la inmersión varonil en los tratamientos faciales o capilares.

Además de el ejercicio físico, no son pocos quienes recurren a métodos como algas adelgazantes, tratamientos con barro, hidroterapia o incluso, en los casos más extremos, fajas modeladoras.

El extremo de la cirugía

Lo que sí es menos habitual y llega al extremo de la preocupación por el aspecto físico es la cirugía. Pese a que la penetración de esta alternativa en los hombres es todavía marginal, sí que se tiene constancia de que, sobre todo a partir de los 40, algunos se someten a operaciones que normalmente son sencillas. Buscan lo que los demás tratamientos no les aportan, ya sea por la edad o por la tardanza en subirse al carro.

Más relacionados con la actividad sexual que con la propia belleza son otros tratamientos como los de reemplazo hormonal, que quizás sean menos populares por su alto coste, aunque su efectividad a la hora de frenar el decrecimiento de la testosterona está probada.