Tudela

El hortelano, un ‘rara avis’ en plena globalización

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Una voz de orgullo pero con tintes críticos y reivindicativos. Eso emanó del mensaje de los tres hortelanos tudelanos que protagonizaron la novedosa iniciativa de las tertulias de campo, enmarcada en las XXI Jornadas y Fiestas de la Exaltación de la Verdura. El patio del Centro Cívico Rúa acogió a estos tres hombres del agro y a cerca de una treintena de asistentes a la charla que protagonizaron el pasado viernes 24, y que tendrá su continuidad con la proyección del documental ‘Los últimos hortelanos’ este viernes 30 (19:30 horas).

Juan Cruz Navarro, Serafín Osta y Santiago Ardoiz dibujaron un panorama con más tonos oscuros que claros en el oficio del agricultor, definiéndose como hombres del campo de toda la vida y fruto de generaciones familiares de hortelanos. La especie en extinción que supone esta parcela profesional afloró, como no podía ser de otra manera, nada más empezar la tertulia. “Es un trabajo que no tiene mucho sentido, o eso ve la gente joven. Aun así, en mi caso tengo una hija de 22 años que quiere dedicarse al campo y ya está en ello”, explicó Osta, dibujando un pequeño halo de esperanza.

"Para ser buen hortelano hace falta más amor propio que terrenos"

Juan Cruz Navarro

Hortelano de Tudela

Las intervenciones del público no se hicieron esperar. Fue a raíz de una de ellas cuando el propio Serafín Osta desgranó que “no falta preparación de los jóvenes”, sino “plantar cara a las políticas globales”. “Las escuelas de peritos y agrónomos se siguen llenando, pero aquí los que mandan son los oligopolios. A nivel mundial, el mercado de la alimentación lo controlan ocho grandes compañías y eso nos penaliza”, señaló Osta, quien por otro lado afirmó que la agricultura evoluciona muy rápido. “Se ha vuelto demasiado complicada, ahora prácticamente todo funciona por medio de la electrónica. “En ese sentido, antes creo que se sufría más. Ahora somo unos señoritos”, opinó Navarro.

Cambio en los gustos

Esa globalización de la horticultura que asfixia a los pequeños agricultores condujo a otro tema que se trató con detenimiento: el cambio de tendencia en los paladares, sobre todo de los jóvenes. “Se han perdido la calidad y el gusto por completo”, dijo Santiago Ardoiz, quien añadió que “hoy en día se valora más el aspecto de las frutas y las hortalizas. Los críos quieren sólo las bonitas, las que no saben a nada”, señaló.

En esa línea, Osta planteó que la autoridades locales y regionales no han sabido defender el producto autóctono. “Tudela podría haber potenciado más su naturaleza rural y agrícola. Pero se nos han comido el terreno. Las empresas cooperativas se van a donde tienen mejores condiciones. Aquí precisamente no se las han dado”, apuntó de forma muy crítica.

 "La agricultura se ha vuelto demasiado complicada, muy ligada a la electrónica"

Serafín Osta

Hortelano de Tudela

En ese sentido, Osta dibujó el perfil del consumidor de hoy en día. Por una parte, aquel que quiere comer barato y consume “lo que le pongan”. Por otro, “el que quiere comer exquisiteces, pero casi gratis”. “Eso es inviable, pero es la tendencia”, apuntó.

Santiago Ardoiz lamentó que “se hayan llevado casi toda la verdura de la Ribera y Tudela”. “Hoy en día se venden las cosas como si fueran de aquí, en muchos restaurantes, pero no sabemos de dónde vienen las cosas”, afirmó.

En esa línea entre nostálgica y crítica, Juan Cruz Navarro, que se centró más en las vicisitudes del oficio, dejó una frase que no quedará en el alambre. “Para ser hortelano hace falta más amor propio que terrenos”.