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7 maneras de aliviar el dolor lumbar

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Casi todos hemos sentido alguna vez dolor lumbar. Se trata de un dolor de espalda, que se localiza en la base de la columna vertebral, desde la zona de la cintura hasta los glúteos, donde nuestro cuerpo sostiene la mayor parte de nuestro peso. Es la dolencia más común, a nivel mundial, sólo superada por el resfriado; más concretamente, el 80% de la humanidad padece este síntoma en algún momento de la vida.

En la mayoría de casos, el dolor lumbar se produce al coger un peso que sobrepasa la capacidad física de la persona, por levantarlo de manera inadecuada o por realizar un movimiento brusco.

Aliviar el dolor

A continuación te planteamos una serie de pautas para llevar a cabo cuando comience el dolor lumbar:

Evitar estar tumbado constantemente. Aunque suene contradictorio permanecer en la cama no es recomendable. Lo mejor es levantarnos e intentar caminar una media hora cada tres horas.

Probar técnicas sencillas de relajación. Esto supondrá un alivio para la zona lumbar.

Vigilar la postura. Es muy importante estar rectos, tanto cuando estamos de pie, caminando, como sentados.

Atacar al dolor con frío o con calor. Si aplicamos frío nos ayudará a reducir la posible hinchazón y reducirá dolores fuertes, en cambio, si aplicamos calor a nuestra zona lumbar conseguiremos un alivio

de los espasmos musculares y el dolor.

Ir a la piscina. Nadar y hacer ejercicio en el agua, ayuda a nuestras articulaciones y a tonificar nuestra musculatura sin suponer un fuerte estrés para los músculos.

Usar el calzado adecuado. Aunque no nos demos cuenta, caminar con unos zapatos inapropiados, puede producirnos dolor de espalda, debido al impacto de las pisadas sobre el suelo.

Tomar aspirina, ibuprofeno o paracetamol. Son el recurso más rápido cuando aparece el dolor, ya que además, son medicamentos de venta libre en farmacias. Si el dolor persiste durante más de 72 horas, es importante acudir al médico.

Prevenir el dolor

Cuidar la salud de nuestra espalda es algo fundamental. Con los años, es normal sentir algunas molestias, ya que en nuestro cuerpo se produce un desgaste natural. Pero podemos prevenir el dolor lumbar y mejorar la salud de nuestra espalda, también evitar que el dolor vuelva a repetirse, si estamos atentos, en nuestro día a día, a estas sencillas pautas:

Evitar malas posturas al caminar o al trabajar. Cuando caminamos, debemos intentar concentrarnos en llevar la espalda recta y los hombros ligeramente hacia atrás y evitar encorvarnos. Lo mismo pasa cuando nos sentamos en una silla, sin darnos cuenta, acabamos escurriéndonos en ella o inclinados hacia la pantalla del ordenador, cuando debemos de sentarnos derechos y con la espalda recta, apoyada en el respaldo. Si fuera necesario, debemos adaptar la altura tanto de la pantalla del ordenador como de la silla donde nos sentamos, para evitar forzar la postura.

Tener mucho cuidado al levantar pesos y, si tenemos que hacerlo, debemos prestar atención a cómo lo hacemos; lo correcto es flexionar las rodillas y mantener la espalda recta.

Tener cuidado al realizar abdominales: puede derivarnos no sólo en dolor de espalda, también en las cervicales. También es importante realizar el ejercicio con moderación y calentar y estirar antes de hacer la actividad para preparar nuestro cuerpo.

El sobrepeso, ya que la zona lumbar es la que carga con la mayor parte del peso de nuestro cuerpo.

El estrés y la ansiedad, pueden causar una fuerte tensión muscular y puede derivar en dolores de espalda.

Vida sedentaria: cuando pasamos mucho tiempo, por ejemplo, en el sofá, sin darnos cuenta, en vez de variar de postura manteniendo la espalda recta, tendemos a encorvar la columna, lo que terminará provocándonos un dolor lumbar.

Evitar llevar bolsos muy pesados, es decir, no meter dentro más que lo imprescindible, pues no debe superar un 10% de nuestro peso corporal.

Evitar tacones altos: los tacones demasiado altos hacen que arqueemos y forcemos la espalda, presionando las articulaciones y, con el tiempo, repercutirán seriamente en la columna vertebral.

Renovar nuestro colchón: es algo fácil de descuidar, pero de vital importancia, si tenemos en cuenta que nos pasamos una tercera parte de nuestra vida sobre él. Al tumbarnos sobre un colchón viejo es fácil que nuestra espalda no esté recibiendo el apoyo que necesita para un correcto descanso.