Tudela

25 años de la muerte de Víctor Arribas, poeta y periodista tudelano

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El 20 de noviembre de 1989 –hace 25 años- cuando aún resonaban los ecos de la caída del Muro de Berlín, fallecía en Tudela Víctor Arribas, poeta, periodista y locutor de radio; persona entrañable, y entusiasta de todo lo que tuviese que ver con la Ribera.

El oficio radiofónico le hizo muy popular; los oyentes esperaban cada día sus “Glosas ciudadanas” para, entre versos y sonrisas, enterarse de la actualidad local. Cuarenta años trabajó en Radio Tudela, de RNE, de la que fue fundador cuando en 1952 se puso en marcha. Y en la emisora se jubiló.

Había nacido el 26 de noviembre de 1917. Estudió en el Instituto de Tudela, aquella institución fundada en 1839 y que había tenido una azarosa vida, desapareciendo varias veces y vuelto a fundar en 1928, durante la dictadura de Primo de Ribera. Allí tuvo como profesores a los  también tudelanos, Francisco Fuentes y José Ramón Castro y allí, durante los años de la Segunda República, debió iniciar sus primeros escarceos literarios, alguno de los cuales dejó huella en la prensa de la época. Leo en El Ribereño Navarro que con motivo del Día del Libro de 1934 hubo una velada literaria celebrada en el salón de actos abarrotado de público. El joven Víctor Arribas subió al escenario y escenificó unos monólogos. Así lo reseñaba el periódico: “Hemos de citar también dos ingeniosos monólogos de los alumnos y autores José Mª Ustarroz y Víctor Arribas, representados por este último, que cosecharon abundantes aplausos”, escribió.

Desgraciadamente,  no conocemos ni el tema, ni la forma: prosa o verso;  pero conociendo su trayectoria posterior, podemos aventurar que tuvieron, sobre todo, sentido del humor.

Locutor y Poeta

Más tarde marchó a Pamplona donde ejerció algunos años de periodista hasta que la nostalgia de la Ribera le volvió a Tudela y se estableció en la radio.  Pero no fue sólo locutor, pues trabajó activamente en medios periodísticos escritos. En  Arriba España, de Pamplona,  tenía sección propia, donde aparecían aquellos populares “Kaskotazos en la Kresta”. También colaboró en los semanarios La Voz de la Ribera y La Ribera Tudelana. Incluso, sus artículos encontraron acomodo en revistas literarias, como  Pregón, o Río Arga. Sólo en Pregón tengo contabilizados más de veinte, llenos de gracia gentil y socarrona.

Además de la radio, la faceta más conocida de Víctor Arribas fue la de poeta. Autor de obras teatrales, junto a jotas y pasacalles, aireadas  a los vientos por  grupos como Alma Navarra o Navarra Canta.

De su pluma, -y de su alma- salieron Retablo Poético Jotero, Estampa tudelana o la magnífica composición Homenaje a Raimundo Lanas. Varios libros coleccionan, mínimamente, su amplísima producción poética. Destacaré dos. Uno, en colaboración con otros autores, titulado Cuatro poetas riberos;  el segundo, Romances Riberos. En ellos se agrupan varias decenas de poemas, que cantan tanto al amor, como a los paisajes, pueblos y hombres de la Ribera.

Romances Riberos, fue editado por el ayuntamiento tudelano en 1988 y constituye un homenaje, en vida, a su persona y obra. Lleva un prólogo del periodista José Mª Pérez Salazar. El autor, al enviarle el borrador del libro, le prevenía. “Verás que son versos sencillos, de andar por casa. Versos para el pueblo, por los que asoman los pájaros, los árboles, los ríos, las rosas, los campanarios,

los conventos, los castillos

y la gente llana de las villas

riberas”, reconocía.

Fue en julio de aquel mismo año, durante los actos de la Semana Pre fiestas, cuando las autoridades y el  pueblo de Tudela le rindieron un homenaje. En él, José Antonio Pérez Sola,  alcalde de la ciudad, le concedió la Medalla de Tudela.

Una de sus últimas apariciones en público fue cuando la Cofradía del Escuraño de Tudela, le nombró Cofrade Honor. Una vez más el pueblo, al que tanto había dado, le devolvía la moneda. Su vida se apagó al atardecer de un domingo de noviembre de 1989. Estaba a punto de cumplir 72 años.

He aquí un fragmento de un poema suyo en el que revive la memoria de Víctor Arribas, locutor y poeta; pero, ante todo, un hombre bueno.

Amor Ribero

Soy hombre de sol y nube,

hombre de senda y camino,

de río, de fuente y sauce.

de mariposa y de lirio.

Un hombre de cielo y agua,

que  busca entre los olivos

la veleta de una torre

sobre un monasterio antiguo.

La Ribera, en una ermita;

la Ribera, en un castillo;

la Ribera, en un amor

sincero, hondo, infinito…