Murchante

“Algunos todavía se empeñan en demonizar al empresario”

Hablamos con Domingo Sánchez Arteaga, de Presidente de AER y responsable del Grupo Orgues, para saber cómo ve el presente y futuro de la empresa ribera en esta pandemia.

Domingo Sánchez Arteaga
photo_camera Domingo Sánchez Arteaga

A nivel personal, ¿cómo llevaste el confinamiento y el cambio de ritmo que supuso? 

El confinamiento se llevo, pues supongo que como la mayoría de los ciudadanos, con preocupación, incertidumbre, malestar, rabia, frustración… al fin y al cabo no deja de ser una coacción de libertades, que lógicamente supone o provocan cambios de ritmos de vida, tanto a nivel profesional, social… 

¿Y ahora, en este momento de inicio de un otoño-invierno diferente? 

De momento no estamos confinados, por lo tanto no es poco. A la vista de lo que tenemos, este otoño-invierno se prevé que va a ser complicado y duro y tendremos que hacer un esfuerzo toda la sociedad para poder compatibilizar trabajo y ocio en este estado. El covid ha venido para quedarse. 

¿Crees que esta pandemia va a cambiar nuestro modo de vida y la forma que tenemos de entenderla y llevarla? 

Indudablemente que como estamos viendo, esta pandemia está cambiando el modo de vida de los ciudadanos, pero no solo el modo de vida, la forma de comunicarnos, los hábitos, hasta los estados de ánimo… creo que no estábamos preparados y va a costar adaptarnos a este modo de vida, al menos hasta que aparezca una vacuna que retorne al estado anterior a la pandemia. 

¿Crees que se actuó adecuadamente desde la Administración cuando todo comenzó? 

Visto lo visto, es evidente que a todos nos cogió desprevenidos y a la propia administración también. Considero que el primer error que se cometió, fue no dar importancia o poca credibilidad a las advertencias emitidas por la OMS, poner más atención de lo que ya se iba sabiendo en países que ya lo estaban sufriendo, como lo fue Italia. Significativo fue la falta de previsión y prevención de material de protección en los centros sanitarios y para la población. Sinceramente creo que no se actuó adecuadamente por parte de la Administración.

¿En qué se acertó, en qué se quedaron cortos, en qué pecaron de imprudentes o de lanzados? 

Siendo muy concretos no se acertó en casi nada. La propia administración resto importancia a lo que se nos venia encima, no se consideró la verdadera dimensión de lo que se suponía esta pandemia. La famosa manifestación feminista del 8 de marzo, en manifestaciones publicas de algunas ministras del gobierno, así lo constataron, animando a asistir a ella. Se quedaron excesivamente cortos en reaccionar en la adquisición del material de protección, con lo que eso supuso, sobre todo la falta de planificar un plan y actuaciones ante el contagio masivo que se estaba produciendo. 

Poco prudentes resultaron ser al menos desde la perspectiva de la sociedad, con la emisión de reales decretos que en algunos casos difíciles de entender y que generaban dudas en su interpretación. Un ejemplo claro es la utilización de la mascarilla, al principio no resultaba ser de utilidad. 

¿Y ahora se están sabiendo resolver los retos? ¿Por qué? 

Ahora, poco a poco se va sabiendo más de la enfermedad y sus efectos secundarios, como todo en la vida, ya no estamos desprevenidos y se actúa con más 

conocimiento de sus efectos… Poco a poco la comunidad científica esta aportando más información concisa y por tanto establecer protocolos de actuación. 

La disposición de la Administración y sociedad en general esta teniendo otra actitud, a pesar de que como estamos conociendo, sobre todo en ciertas parte de la juventud, no están resultando ser lo necesariamente responsable y cívica. 

¿Cómo ves la economía en este momento de actividad y freno simultáneo con los contagios? 

La economía esta sufriendo y va a sufrir una fuerte retracción. Los indicadores económicos ya constatan que vamos encaminados a entrar en recesión. Importante resulta el último dato de PIB publicado, conocidos son también los datos del previsible aumento del Pero y la desaparición de pequeños comercios de hostelería y restauración, así como de empresas por falta de actividad económica; la pandemia claro que está incidiendo bruscamente en estos ratios. 

¿Qué ha echado en falta el empresario en este tiempo a la hora de reconocer su papel en la sociedad? 

El empresario y por tanto sus empresas son en este tiempo y en todos los tiempos el principal motor de la economía de la sociedad, son los generadores de la riqueza y bienestar de sus conciudadanos, y por tanto lo que precisan, es reconocimiento, ayuda y sobre todo estabilidad, tanto fiscal como jurídica. Algunos todavía se empeñan en demonizar esta figura, sobre todo en estos tiempos. 

¿Crees que hay demasiada burocracia para las gestiones ante la Administración? 

La burocracia en las gestiones para con la administración todavía sigue habiéndolas, y en estos tiempos de pandemia, claramente se han acrecentado. La decisión de la administración en la asistencia no presencial de los funcionarios, conlleva este inconveniente en la gestión. Un ejemplo claro lo tenemos en la crispación de la ciudadanía en materia de sanidad, y gestiones con la administración. 

¿Están demasiado lejos administradores y administrados? ¿La nueva Ley de Teletrabajo está bien planteada? ¿Aporta mejoras? 

La digitalización, las nuevas tecnologías en telecomunicación, Internet… ya suponen nuevos retos para las empresas y sociedad en este mundo globalizado, ya no hay distancias. El teletrabajo era cuestión de tiempo que se convirtiese en una realidad. La pandemia no ha hecho mas que adelantarse un poco. Pero cuidado, aun considerando que nace con el propósito de evitar el despoblamiento del territorio, también puede suponer una deslocalización para las empresas, con lo que ello implica. La nueva ley de teletrabajo, sinceramente considero, que esta más orientada a la gran empresa. Sinceramente todavía no ha dado tiempo de analizar si está bien o no planteada. A los operarios acogidos a esta nueva modalidad de trabajo, en un principio, puede suponerle alguna mejora. Pero también considero que con el tiempo pueda suponer un inconveniente: habilitar una estancia de la vivienda como lugar de trabajo (si se opta por trabajar desde casa) sin contacto alguno con el exterior… 

Durante el confinamiento por motivo de la pandemia se ha experimentado que resultaba estresante y perjudicial para los estados anímicos permanecer tanto tiempo sin contacto externo.