Pérdida de audición II

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La directiva de la UE de 2003 sobre el ruido, que entra en vigor en todos los Estados miembros en 2006, establece un valor límite de exposición diario, en jornadas laborales de ocho horas, máximo de 87 db.

Entre los posibles efectos del exceso de ruido detectados están el tinnitus, un zumbido, silbido o sensación pulsátil en los oídos, dolencia que se eleva al 54% de las personas expuestas a elevados niveles de ruido durante más de una década; el choque acústico, un aumento inesperado del ruido de alta frecuencia que no sólo causa daño y dolor sino que provoca estrés laboral; el desplazamiento temporal del umbral de audición, estrés laboral, irritabilidad, accidentes de trabajo fruto de la desatención o el descuido y efectos adversos para el feto durante el embarazo.

Con el objetivo de promocionar la mejora de las condiciones de trabajo y elevar el nivel de protección de la seguridad y la salud de los trabajadores el grupo Medicina del Trabajo,formado a raíz de un acuerdo entre el Ayuntamiento de Bilbao, la UPV, la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, OSALAN y la Mutua Vizcaya Industrial; ha apostado por impulsar el protocolo de detección de la sordera, introduciendo en el mismo un método novedoso como son las otoemisiones.

Para ello no es necesaria la participación activa, y por lo tanto, subjetiva de la persona que es sometida a la prueba. El sonido generado en la cóclea puede registrarse en el conducto auditivo externo mediante un micrófono. De esta manera se garantiza la precisión de los resultados obtenidos y se detectan problemas menores que, tratados a tiempo, pueden evitar una progresión de la sordera. El primer síntoma de esta enfermedad suele ser la incapacidad para oír sonidos agudos. Pero sino se aborda este problema de exceso de ruido se agravará el deterioro de la capacidad auditiva, afectando, en la mayoría de los casos, a ambos oídos.