Tudela

El viejo estigma de las maldiciones

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Habrá que esperar para ver al Tudelano enfrentarse a un equipo de 1ª División en Copa del Rey. Al menos otra temporada más, si es que los blanquillos finalmente acceden a la competición del K.O. del próximo curso. Este miércoles, festivo, propicio para lograr la gesta tan esperada en las últimas ediciones del torneo, volvió a tornarse negro, como en otros mediodías que no se olvidan por lo cruel de su designio. Hablamos del Atlético Baleares, del Santboià, del San Sebastián de los Reyes… del periplo por el desierto que atravesó el club para ascender a 2ª B. La de este mediodía del 12 de octubre ha sido otra de esas jornadas aciagas e inmensamente amargas. El Formentera se ha llevado el premio gordo de la Copa tras vencer a los blanquillos en la tanda de penaltis después de un partido en el que el Tudelano mereció sin duda muchísimo más (0-0, 3-4 en los penaltis).

No está siendo una temporada fácil en el Ciudad de Tudela. En Liga, los números muestran a un equipo que parece desembarazarse del miedo escénico y la presión de agradar cuando juega fuera de casa pero que claudica como local. En el duelo ante el Formentera resurgió de nuevo la falta de pegada o eficacia de cara a puerta, que castigó al cuadro de Sergio Amatriain ante un rival nada timorato. Al contrario, el Formentera demostró que tiene mimbres de gran conjunto.

Los baleares salieron al verde con un plan claro: no caer presa de los nervios, jugar en corto y elaborando. Y abrazarse a la paciencia, sin dejarse llevar por las emociones. Así, el equipo que entrena Tito García no se amilanó ante un Tudelano que buscó allanar su camino hacia la gloria por la vía rápida en un comienzo fulgurante. Aunque la posesión pertenecía al equipo visitante, los momentos de mayor peligro llegaron a cargo del Tudelano en los primeros compases. Primero Óscar vega con un tiro flojo y raso y después Lalaguna con un buen cabezazo a la salida de un córner testaron al guardameta Marcos, gran protagonista del partido. El arquero se colará a buen seguro e las pesadillas de los jugadores riberos.

El conjunto de Tito García, en un alarde de entrega a su estrategia y su estilo, pudo irse con ventaja al descanso a pesar del arreón local. La mano de Pagola y el poste salvaron al Tudelano de un soponcio que habría resultado demoledor. Pero los pupilos de Amatriain se repusieron del golpe en el asueto y entraron como flechas al campo de cara al segundo tiempo. Si el equipo ribero anduvo cerca de vencer el encuentro, lo fue por las clarísimas ocasiones de gol de las que dispuso en los segundos 45 minutos.

La primera my clara, la de Ibai Ardanaz con un tiro seco y raso que el meta balear despejó a córner. La jugada había llegado tras un buen robo de Delgado, ya que el Tudelano comenzaba a complicar la salida de balón a  su rival. Pero el gol cantado que casi todo el estadio cantó en un principio para luego echarse las manos a la cara fue el de Javi Cabezas. El cordobés llegó en carrera a rematar un centro banco y medido de Ibai. A cinco metros de la portería, solo la silueta del arquero le separaba de la gloria. Solo debía empujarla. Y la empujó, pero tan fuerte que el esférico se marchó a las nubes grises que envolvían al estadio. La grada no podía creérselo.

La lesión de Ion Vélez a veinte minutos del final trastocó los planes de Amatriain, que se quedó con Óscar Vega como única referencia arriba. Demasiada brega para el pamplonés, que aun así lo intentó de cabeza, sin éxito, cuando el Formentera parecía ahogado definitivamente. Pero los baleares encontraron en su portero al mejor antídoto contra la flaqueza. Una nueva intervención de Marcos deteniendo un testarazo de Corral en el minuto 90 acercó el choque a una prórroga que resultaría eterna.

En el tiempo extra, el colegiado expulsó a Iñigo Sebastián, murchantino y enrolado ahora en las filas del Formentera, por un ademán de pisotón a Lázaro. Con uno menos, los baleares cerraron filas con la vista en los penaltis. Y el Tudelano se quiso dar demasiada prisa en quitarles la idea de la cabeza. Solo en la segunda parte de la prórroga pudo deshacerse un empate cantado, pero ni el remate de Corral ni el de Chema Mato, a quien el colegiado anuló un gol por dudoso fuera de juego, desterraron el fantasma de las tandas de penaltis.

Los once metros en muerte súbita esconden una especia de gafe para el Tudelano que se repitió en esta cita copera. Fallaron su lanzamiento dos hombres con galones como Lázaro e Iñigo Ros y Pagola no pudo emular a su camarada del equipo rival, deteniendo solo un penalti. Cuando Mainz marcó el quinto para los baleares, el Ciudad de Tudela se tragó con dolor el estigma de las maldiciones, ese que aparece sin piedad en las grandes citas.

Ficha técnica

TUDELANO: Pagola; Delgado, Lalaguna, Corral; Lázaro; Javi Cabezas, Iñigo Ros, Ibai (Meseguer, m.91), Lizarraga (Chema Mato, m.93), Óscar Vega; y Ion Vélez (Iñaki Jiménez, m.72).

FORMENTERA: Marcos; Javi Rosa, Iñigo Sebastián, Kiko, Dailos; Lolo, Fernando; Becerra (Martín, m.67), Gabri (Carlos, m.96); Ojeda (Pérez, m.67); y Juan Antonio.

ÁRBITRO: Baiges Dones, asistido por Ruiz y Navarro. Amonestó por el Tudelano a Ion Vélez, Lalaguna, Meseguer y Chema Mato. Por el Formentera, mostró amarilla a Lolo, Marcos y Juan Antonio y expulsó con roja directa a Iñigo Sebastián (m.93).

INCIDENCIAS: Unos 2.500 espectadores en el Ciudad de Tudela.