Aún queda media temporada por jugarse, pero el pobre rendimiento del Tudelano como local ya es más que un simple problema. Es todo un síntoma para el que, de momento, nadie atisba una cura. Este domingo, ante la Ponferradina, los blanquillos han vuelto a perder en el Ciudad de Tudela (0-1) en un choque con poquísima historia, con ninguna ocasión clara del Tudelano y con un resultado que ha podido ser mucho más abultado para el conjunto visitante. Los pupilos de Sergio Amatriain no puntúan en casa desde el 23 de octubre y cierran con una nueva derrota la primera vuelta, en la que han sido estadísticamente el segundo pero equipo local del grupo I, solo superados negativamente por el Somozas, nada más y nada menos que el colista.
Frente la Ponferradina, se volvió a repetir esa especie de mantra adquirido con el paso de las jornadas. Un gol en un momento de despiste, de falta de intensidad y sorprendiendo a la defensa. Esta vez llegó en el minuto 12, cuando los futbolistas apenas habían entrado en calor envueltos en la espesa y cegadora niebla que cubría grada u césped. Héctor Figueroa, uno de esos delanteros de los que nunca te puedes fiar, culminaba un buen ataque berciano para volver a poner las cosas cuesta arriba al conjunto de casa. Al menos, el consuelo existía en forma de tiempo. Quedaba todo un mundo por delante.
Pero lo cierto es que el equipo leonés, al que Pedro Munitis ha dado un nuevo aire desde el banquillo después de un inicio catastrófico, supo aguantar y contener a los blanquillos, entregándoles con toda concesión el esférico. Ordenados y sin fisuras en la colocación, los bercianos no ofrecían ningún espacio por el que dejar pasar al Tudelano y, cuando les tocaba sacar el balón desde atrás, mantenían la calma y no cometían errores. Los locales estaban completamente desparecidos. Solamente alguna arrancada de Javi Cabezas hacía ganar posiciones en tres cuartos, pero hasta el escurridizo jugador cordobés terminaba ofuscándose. Una falta desde la frontal lanzada por Lizarraga fue la ocasión más clara de la primera mitad, marcada por la dureza en el juego y las interrupciones. La Ponferradina, por su parte, tuvo otra opción clarísima de aumentar su renta. El balón salió alto. Además, Pagola se mostró algo inseguro en un par de balones altos. Ni siquiera el fiable arquero parecía librarse del atenazamiento general.
En el segundo tiempo el Tudelano mejoró ostensiblemente pero volvió a carecer de opciones reales para hacer frente a la Ponfe. La entrada de Pau Franch activó alguna que otra opción de peligro y permitió a sus compañeros que fueran más verticales. Pero tanto la zaga leones como el portero Bogdan, seguro por alto y en las anticipaciones a los delanteros locales, abortaban cualquier intentona. Es más, los de Munitis volvieron a perdonar el 0-2 en más de una ocasión, haciendo que Pagola se luciera en una de ellas y no afinando con la puntería en la otra. El Tudelano, ya con pocas ideas y las prisas como acompañantes traicioneras, se fue apagando paulatinamente, dejando de nuevo la sensación de que los partidos en casa se han convertido en una auténtica penitencia. Para ellos y para el público, que solamente ha presenciado tres goles de su equipo en esta primera mitad de la Liga. Una vuelta para olvidar.
Ficha técnica
TUDELANO: Pagola; Meseguer, Nandi, Lalaguna, Juanmi; Lázaro, Iñigo Ros (Pau Franch, m.59); Javi Cabezas, Lizarraga (Chema Mato, m.71), Óscar Vega (Ibai, m.77); y Ion Vélez.
PONFERRADINA: Bogdan; Nacho López, Campos, David Goldar, Núñez; Andy, Chavero (Rayco, m.42); Menudo (Caiado, m.83), Cidoncha, Moreno; y Figueroa (Juanto, m.90)
ÁRBITRO: García Verdura (Comité Catalán), asistido por Fulià y Hernández. Mostró amarilla a Meseguer y Nandi por el Tudelano y a Chavero y Menudo por la Ponferradina.
INCIDENCIAS: Entrada muy pobre en el Ciudad de Tudela. Unos 300 espectadores.
