Antes del partido cualquier aficionado ribero hubiera firmado este resultado, pero una vez visto el encuentro, todo sabe a poco.
Los riberos controlaban el encuentro desde el pitido inicial. Una férrea defensa, una presión constante y unas rotaciones de balón incansables hacían a los de Pato dominadores del encuentro. Era el minuto 9' cuando Sergio González, de tiro junto al poste derecho, lograba batir a Carlos Barón y hacer justicia a lo que se estaba viendo. Las ocasiones de gol se simultaneaban en ambas porterías haciendo que los porteros se lucieran con alguna parada de mérito, especialmente, coincidiendo con el claxon de final de la primera parte en el que Gus despeja un cabezazo de Paradynski a la escuadra.
Después del descanso los baleares hacen valer su posición en la tabla e intentan arrebatar el control del balón a los navarros que siguen luchando con la misma intensidad. Llegando al final del tercer cuarto (min. 28'), Quintela consigue cabecear un balón largo, después de empujar por tres veces al defensa local, y logra batir a Gus. Los locales, jaleados por su público, siguen realizando su juego de rotaciones de balón, pero cada vez se encuentran más cansados, fruto del esfuerzo y tesón que están empleando en el encuentro.
Los de Vadillo se hacen momentáneamente con el balón, pero no logran romper la defensa naranja, que se emplea con toda la intensidad que les dejan sus fuerzas.
Al final reparto de puntos, que hace justicia al juego visto, aunque si el acierto y la puntería hubiera estado del lado navarro, Palma se podía haber llevado media docena de goles a la isla.