Los alfareños se sumergieron de lleno durante la pasada semana en la celebración de sus fiestas patronales en honor de San Roque y San Ezequiel. Desde el lanzamiento del chupinazo el domingo 14, los numerosos y variados actos citaron en las calles a vecinos de todas las edades para su disfrute hasta el sábado 20, el Día de Huelga..
El día grande de estas fiestas llegaba el martes con las honras a los patronos. Debido a las obras de reforma de la Colegiata de San Miguel, la eucaristía salió a la plaza de España, donde cientos de alfareños acompañaron a San Roque y San Ezequiel junto a los representantes municipales y regionales. Tras la misa solemne, las calles de la localidad se llenaron de color, danzas y jotas y olor a albahaca en la procesión hasta la ermita de San Roque.
Tras cumplir con la tradición, otra cita obligada llegaba el miércoles 17 con el Homenaje a los Mayores: a los 98 años de Mariano Rubio Iriarte y a los 94 de Romualda Calvo Jiménez como socios de mayor edad del Hogar. Los 95 de Cecilia Galán Jiménez y los 92 de Matías Ruiz Ramos fueron homenajeados con placas y flores por el Consistorio. Quien también fue homenajeado fue Maese Villarejo, por sus 50 años compartiendo las aventuras de Gorgorito con los niños alfareños. En esa jornada, la Cofradía de San Ezequiel repartió 600 raciones de pochas en una comida popular.
Junto a estos actos especiales, el día a día del programa de fiestas contaba con degustaciones, encierros, verbenas, actividades para los más jóvenes como un taller de malabares o de percusión, conciertos como el festival de hip-hop o el de rock ofrecido por La Fuga acompañado por los alfareños Infamia y Tristes. En las tardes, la feria taurina que, a pesar de sus nombres estelares, defraudó a los aficionados. Prueba de ello es que la Asociación El Toril ha dejado desierto, sin merecedor, su premio la Cigüeña de Plata.
