Digamos "no" cuando queremos decir "no"
* No nos sintamos culpables por decir "no".
* Dar (adecuadamente) prioridad a nuestras necesidades, opiniones y deseos no es una manifestación de egoísmo, sino de responsabilidad, autoestima y madurez.
* Decir "no" cuando lo consideramos justo o necesario, es la mejor forma de comprobar en qué medida se nos valora y se nos quiere por cómo somos en realidad.
* Permitámonos verificar que nuestras negativas, no sólo no rompen vínculos con los demás, sino que plasman un compromiso de sinceridad, respeto (por los demás y por nosotros mismos), responsabilidad y autenticidad.
* La confianza se fortalece, cuando el diálogo y la interacción no se sustentan en falsos asentimientos y condescendencias.
* Si ejercemos nuestro derecho a decir "no", podremos pensar que los demás hacen lo propio, y asentaremos una comunicación más fiable, veraz y fluida.