La sociedad pública INTIA (Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias) ha compartido hoy los datos de la última campaña del sector cerealista la cual ha sido la peor de Navarra en las dos últimas décadas. La producción total de grano recolectado ha alcanzado las 630.000 toneladas, marcando un declive del 7% respecto al año anterior. Esta cosecha ha estado fuertemente influenciada por una disparidad significativa entre las diferentes zonas de la Comunidad foral y ha estado severamente condicionada por la falta de lluvias durante el final del invierno y la primavera.
Esta caída en la producción se suma al descenso del 15% del año anterior, resultando en una disminución del 21% en comparación con la cosecha promedio de la última década. Los datos recopilados por INTIA, basados en información proporcionada por el 85% de las cooperativas navarras, reflejan una de las peores campañas en los últimos 32 años desde que se comenzaron a registrar estos datos.
Del norte al sur, de mal a peor
La zona de secanos áridos en el sur de Navarra es la más afectada por esta mala cosecha, con rendimientos medios que no superan los 100 kilogramos por hectárea, y muchas parcelas ni siquiera han logrado ser cosechadas. Jesús Goñi, coordinador de Experimentación de INTIA, explica que "conforme se asciende gradualmente hacia el norte de la Comunidad Foral, la situación es menos mala sin dejar de ser uno de los peores años".
En la Cuenca de Pamplona, en la zona noroeste, los rendimientos son más favorables gracias a un final de campaña con temperaturas medias más frescas. A pesar de daños causados por tormentas de granizo en junio, la zona de Baja Montaña logra un rendimiento promedio superior a 5,000 kilos por hectárea. En contraste, la Zona Media y Zona Intermedia de Navarra reportan un balance negativo en general, con rendimientos medios por debajo de 3.400 kilos por hectárea.
Además, la campaña de 2023 se caracteriza por un incremento en la siembra de leguminosas debido a la implementación de los ecoesquemas de la PAC (Política Agrícola Común), especialmente en el caso del guisante cuya superficie en Navarra se triplica. La superficie total de cultivo cerealista se mantuvo prácticamente estable en la Comunidad Foral con 193.368 hectáreas en 2023 en comparación con las 188.921 hectáreas del año anterior.
Los ensayos realizados por INTIA también se han presentado en esta jornada de balance. A través del proyecto LIFE NAdapta, que se enfoca en la adaptación a escenarios de sequía, se analizaron más de 200 variedades diferentes para evaluar su capacidad de adaptación. Jesús Goñi añade que están buscando "variedades que sean tolerantes a la ausencia de lluvias y capaces de soportar condiciones climáticas muy severas". Durante la jornada, se han proporcionado recomendaciones para variedades y orientaciones de siembra para la próxima campaña, con un énfasis en los requisitos obligatorios de la nueva PAC.
