Dejó su trabajo en la firma corellana SIC Lázaro -un ejemplo de empresa local con proyección internacional, según afirma- para convertise en eurodiputado. A sus 38 años, Pablo Zalba Bidegain (Pamplona, 1975), encara su quinto curso político en la Eurocámara, donde ha ido adquiriendo mayores responsabilidades con el paso de los años. Vicepresidente Primero de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, asegura que lleva Navarra consigo a todas partes.
Pese a que se insiste en que
la integración con Europa
es un camino de no retorno,
parece que, a pie de calle,
el ciudadano no lo ve claro
del todo. ¿Qué opina?
En el momento en el que más necesitamos ir de la mano de Europa por cuestiones económicas y coyunturales, es cuando más alejada está la gente de la calle de Europa. Debemos hacer autocrítica, intentar explicar por qué necesitamos más integración económica. En efecto, este proyecto de compartir una moneda única no tiene marcha atrás. Significa coordinarnos fiscalmente y crear una unión política.
Entonces, ¿qué falta?
Falta pedagogía. No es que no lo entiendan, es que la prioridad es el paro y la crisis y la principal demanda hacia los políticos es la creación de empleo.
¿Qué idea de Europa
tiene usted?
Creo en una Europa Federal, solidaria. La falta de seriedad fiscal de algunos países de la Unión nos ha llevado al colapso, pero al mismo tiempo la falta de solidaridad de los Estados miembros ha podido tener efectos similares. Ese sistema federal sería el pilar de una Unión Europea fuerte que pueda competir con grandes potencias como EEUU o potencias emergentes como China o India.
Se acercan las elecciones europeas. ¿Cómo se puede 'enganchar' más al ciudadano para que vote convencido
de que su palabra es útil?
Este año, todos los grandes partidos nos hemos comprometido a decir públicamente quiénes serán nuestros candidatos a presidir la Comisión Europea. Es un paso importante. Ahora los ciudadanos sabrán quién va a ser la persona a la que votarán, lo que les implicará más en el proceso. Existe el debate de crear una lista europea, pero hay que ser conscientes de que no hacemos eso a nivel nacional.
La evolución hacia
la integración europea,
¿es demasiado lenta?
No somos conscientes de los pasos importantes que estamos dando. Hemos creado dos pilares de la unión bancaria en unos pocos meses, algo que EEUU hizo en décadas. Hoy los presupuestos de los Estados miembros, antes de ser ratificados por el Congreso de los Diputados, tiene que tener el visto bueno de la Comisión Europea.
Si esto hubiese sido así antes, seguramente nos habríamos ahorrado casos como el de Grecia.
¿Cree que, como se dice
a veces, Europa es una Torre de Babel al servicio de las multinacionales?
No. Decidimos compartir moneda y decidimos compartir nuestro destino. No queda otro remedio que seguir hacia la unión política y económica. O rompemos con todo o seguimos avanzando en la integración. Yo no tengo ninguna duda. Hay que hacérselo entender a los ciudadanos y hacerles partícipes de este proyecto y para ello necesitamos la colaboración de los medios de comunicación.
¿Somos los navarros muy poco dados a mirar a lo de fuera?
Es un mito eso de que nos enroscamos la chapela y sólo miramos a lo nuestro. Los navarros somos ahora más conscientes de lo necesario que es salir fuera. Eso no quita que estemos orgullosos de nuestra tierra y seamos embajadores de Navarra en Europa y en el mundo.
Cada vez que yo he tenido
la oportunidad, he 'navarrizado' el Parlamento Europeo para que nos conozcan aún más.
¿Qué puede vender Navarra de cara a Europa?
Hay mercado. Como anécdota, hace unos días vi una botella de vino navarro en un escaparate de Bruselas. En muchas tiendas delicatessen de la ciudad es posible encontrar productos agroalimentarios nuestros. Miles de vehículos que circulan por Europa han sido fabricados en Navarra o construidos con componentes fabricados en Navarra. Montones de ascensores llevan contrapesos fabricados aquí... La mayor parte de las máquinas de tabaco han sido fabricadas en Peralta. Son ejemplos que muestran hasta dónde hemos llegado ya
y hasta dónde podemos llegar.
