Tudela

Zahorí, el arte convertido en ciencia

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Sus Inicios

Simón Benavides Ramírez es tudelano con residencia en Arguedas, casado y padre de dos hijos. Es de esa clase de personas que a los 50 tiene la suerte de hacer lo que le gusta y combinarlo con su trabajo habitual, dirigiendo una carnicería de Supermercados NETO en Cintruénigo. Radiestesista, topógrafo por la Universidad de Sevilla y Máster en Hidrología Subterránea en Barcelona o, simplemente, Zahorí, como él cree que se resume mejor lo que hace.

Sus libros

Los inicios de su actividad se remontan a 1980. Simón nos cuenta cómo empezó: “En los años 80 era instructor canino de la Guardia Civil y compré una finca cerca de la SKF para montar el campo de entrenamiento canino, entonces contraté los servicios de un Zahorí de Zaragoza para que me encontrase agua. Recuerdo que el hombre llegó, se bajó del coche y en 10 minutos me dijo dónde podía encontrarla. Después, me cobró 25000 pesetas y se marchó. Mi sorpresa fue que no encontré nada en el punto que me había dicho, por lo que le llamé para preguntarle y me respondió que, -Hombre es que no siempre se acierta-. Como yo suelo ser muy observador me fijé en cómo lo había hecho y me dije –"Pues si este hombre lo hace porqué no lo voy a poder hacer yo"-. Me compré un péndulo por unas 820 pesetas y en el punto que noté que se movía mucho hice el pozo y encontré agua”, narra ilusionado.

La Radioestética sirve también para ayudar a otras ciencias

Ahora tiene un libro publicado y otro escrito que saldrá a la luz en enero. Con más de 8.000 pozos abiertos confiesa que nadie le enseñó, aunque recuerda que un medio tío suyo, José Rodrigo, que también fue Zahorí, le enseñó algo muy importante para ejercer esta profesión: formalidad, sinceridad y, sobre todo, humildad.

“El Zahorí no busca agua, el Zahorí, lo que en realidad busca son campos electromagnéticos producidos por el agua -apunta Simón- y el verdadero problema al que se enfrenta es que puede encontrar campos electromagnéticos producidos por venas de minerales y es entonces cuando tiene más posibilidades de equivocarse, porque la varilla se le mueve tanto en uno como en otro; pero sólo en uno de ellos hay agua”, asegura.

“Esta profesión es una mezcla de arte y ciencia". Aunque no todo el mundo posee la sensibilidad necesaria, “hay gente que no es tan sensible y pasará mil veces por un campo magnético y no se moverá la varilla en cambio a otros en cuanto entran se mueve. Pero si además complementamos esta sensibilidad con una buena formación en Física, Química, Matemáticas, Geología, Hidrología... sabes qué estás haciendo y qué buscas en realidad y por qué se producen ciertos fenómenos”, afirma.

A medida que se iba introduciendo en este mundo tan misterioso, la exigencia de sus conocimientos iba siendo mayor, así que decidió hacerse topógrafo en la Universidad de Sevilla, compaginándolo con su trabajo habitual. También se ha formado en Física, Químicas, Matemáticas, Geología o Hidrología. “Lo último que he hecho ha sido un Máster en Hidrología Subterránea en Barcelona (es como un máster de ingeniería pero sólo del agua). Además, hay que conocer muy bien el terreno porque influyen mucho las dimensiones y por dónde discurre el agua", indica.

Sus estudios radiestésicos sirven a arquitectos, ingenieros o médicos, “suelo trabajar con arquitectos para levantar planos y poder ubicar mejor las casas en una zona neutra", cuenta.

"Un caso curioso me ocurrió con una mujer que tenía un niño enfermo desde hacía 6 meses. Había pasado por diferentes médicos, e incluso estuvo en Pamplona. Al final acudió a un naturalista de Bilbao y él me pidió que me acercase a la casa para hacer un estudio radiestésico y ver qué había allí. Descubrí que a 12 metros tenía una vena de agua que pasaba justamente por debajo de su cama. Sólo con cambiarle de habitación, se solucionó", apostilla.

En su último libro dedica buena parte a las ondas nocivas. Le preocupan porque están muy relacionadas con las enfermedades que padecemos, como el cáncer, y con accidentes que no llegamos a comprender. “Puedo afirmar que donde hay cáncer, debajo hay agua. De 2000 estudios que se han realizado todos coinciden en ello”, afirma.

Es curioso y uno se queda sorprendido cuando Benavides consigue relacionarnos el agua con algunos accidentes de tráfico. Lleva 16 años denunciando algunos puntos negros y es ahora cuando parece que los medios de comunicación se hacen eco de ello. Uno de estos titulares fue “Ondas nocivas invaden las carreteras de la Ribera y producen accidentes”. El Zahorí tenía apuntados varios puntos negros como el de la Cuesta de los Ruejos en Castejón que siempre había accidentes subiendo, pero nunca bajando.

“Lo de las ondas nocivas no lo entiende la mayoría de la gente porque no se pueden ver; pero están ahí. Se produce un fenómeno de ionización y en esa pérdida y ganancia de iones hay un desequilibrio en el campo magnético que lo hace no ser neutral, digamos que el agua lo distorsiona y esto es lo que realmente nos puede afectar. Si además, se combina todo esto con la atracción de un coche puede dar serios problemas, ¿quién no ha notado alguna vez que el coche se le iba hacia algún lado sin motivo aparente? Esto puede afectar de alguna manera al coche; pero sobre todo, si se juntan dos coches en el mismo momento, la atracción puede ser muy 'problemática”, según nos explica Benavides.

En cuanto a sus planes para enseñar a otras personas parece tenerlo muy claro: “Llevo 20 años dedicándome a la Radiestesia y nunca he enseñado a nadie porque es como un túnel sin final en el que nunca acabas de aprender”, dice humildemente.

Los precios de sus estudios radiestésicos varían en función de lo que se va a buscar, puesto que no es lo mismo buscar agua para un pozo en un campo de un particular que tener que buscarlo en una gran industria.

Aunque no podría vivir exclusivamente de esto, sí que ha realizado trabajos para empresas de la zona a las que les ha permitido ahorrarse millones de litros de agua gracias a un único estudio, todo un reto y un trabajo.

¿Necesitas encontrar agua? Entonces llama a Simón Benavides Ramírez, el Zahorí de Tudela, 
y él te la buscará: 685 503 443.