Tudela

Vivir la fiesta en los cuartos

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Carlos es un joven de Tudela de 23 años. Él y su cuadrilla siempre han vivido las fiestas de Tudela con un cuarto donde poder juntarse a beber, descansar, estar juntos o, simplemente, pasar el rato en esas horas muertas en que no hay actos para ellos.

“Siempre éramos entre quince y veinte personas - recuerda Carlos-, porque sueles juntarte más gente de la que es habitual un fin de semana normal. Hemos tenido tres cuartos distintos, en diferentes zonas de Tudela, y siempre nos los daban cuatro días antes de fiestas, como pronto. Nos lo solían alquilar del 20 de julio al 2 de agosto, para que nos diese luego tiempo a limpiarlo”. Por eso, a estos jóvenes les tocaba pasar muchas horas preparando el local antes de que llegase el día del chupinazo, aunque, según Carlos, tampoco era una tarea muy costosa: “Daba tiempo, porque íbamos todos y tampoco había mucho que preparar. El primer año conseguimos dos o tres sillones, que los guardábamos para todos los años en una bajera de uno de nosotros, junto con un frigorífico que sacamos no sé de dónde. Hasta que se rompió”.

Lista de la compra

Uno de los motivos principales que lleva a los jóvenes a tener un cuarto en fiestas, es el de poder consumir bebidas alcohólicas de forma barata. Cualquier cuarto que se precie tiene una buena reserva de licores, cerveza y los ingredientes del calimocho, vino y refresco de cola. Para estar preparados, estos jóvenes compraban organizadamente.

“Primero hacíamos un pequeño recorrido por los supermercados, y hacíamos una lista de la compra para ver dónde nos salía más barata cada cosa - explica Carlos-. Luego nos juntábamos todos, poníamos el dinero y comprábamos un par de días antes de fiestas”.