Ni en Alepo ni en Belén
hay lugar para el Edén.
En Alepo ni en silencio
hay lugar para el aliento
Sólo en paz con dignidad
quizá alguna Navidad
Habrá en Alepo y Belén
un lugar para el Edén.
Mientras tanto con espanto
no hay nada que duela tanto
como a una madre el quebranto
de un hijo muerto en sus brazos
Ni en Alepo ni en Belén
hay lugar para el Edén.
Si juntamos nuestras manos
con las de aquellos hermanos
Si construimos la paz
por aire, por tierra y mar.
Habrá en Alepo y Belén
un lugar para el Edén.
Milagros Rubio Salvatierra