A escasas horas de que arranquen en Valtierra los festejos patronales de San Ireneo, nadie, a excepción del alcalde, Alfonso Mateo, (PSN) sabe el nombre de la persona que tendrá el honor de lanzar el chupinazo. Como manda la tradición, la identidad del lanzador no se conocerá hasta el mismo día de prender la mecha, si bien todo apunta a que no será el propio alcalde, reelegido por cuarta vez en los últimos comicios, quien ostente este honor. Con un presupuesto de 166.000 euros, las fiestas de Valtierra se prolongarán hasta el próximo día 24 y estarán basadas en un programa bastante continuista que, no obstante, incluye novedades.
Así, tal y como indica la edil de Festejos del Consistorio valtierrano, Vitori Montori, “siempre cambia algún acto, alguna ganadería..., pero como novedades principales destacan dos, un concurso de fotografía y la despedida a los gigantes, que se realizará en la calle con la última charanga de las fiestas”.
Paréntesis en la vida diaria
El certamen fotográfico al que hace referencia Montori trata sobre las fiestas del municipio y se llevará a cabo por jornadas. De cada día de San Ireneo 2007, los participantes podrán entregar hasta un máximo de 6 instantáneas en formato digital hasta el 13 de septiembre. Posteriormente a esa fecha un jurado formado por varias personas de cada colectivo local que forma parte de la Comisión de Festejos, concretamente del que corresponda a cada jornada, o en su caso el Ayuntamiento elegirá la foto ganadora que se llevará 30 euros de premio. Todo el material será expuesto ese mismo mes en la Casa de Cultura de Valtierra y algunas de las fotos elegidas se utilizarán para realizar el programa de fiestas del año que viene. La idea, tal y como explica Vitori Montori, es “dar un aliciente a los fotógrafos y aficionados de la localidad o de fuera para que se echen a calle con sus cámaras y capten los mejores momentos de la fiesta”.
Por su parte, el primer edil de Valtierra, Alfonso Mateo, invita a toda la población a hacer un pequeño paréntesis en las preocupaciones y devenires cotidianos y a vivir las fiestas con intensidad y armonía. “Las fiestas no son fiestas sin la participación de la gente”, comenta Mateo.
