Tudela

Una peña, mi casa

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Organizar los turnos

ara los miembros de las peñas, sus locales son como una segunda casa, un lugar donde poder acudir a cualquier hora del día, y donde siempre encontrar a un amigo, a un conocido, con el que pasar un rato agradable. A cambio, los miembros de las peñas también invierten mucho tiempo preparando los actos festivos, abriendo sus locales al público y haciendo para ello turnos de barra, o acompañando a la charanga para crear el ambiente de calle. Forman parte de las fiestas de una forma tan importante como el encierro, los toros, el chupinazo, o las ferias. Sin ellas, si las peñas, las fiestas de Santa Ana no serían lo mismo.

Para todo esto, las peñas empiezan a preparar sus actos festivos con tiempo. En La Jota, por ejemplo, la junta directiva se reúne dos meses antes de las fiestas de Santa Ana, aunque la comisión de peñas, en la que participan todas las de Tudela, trabaja todo el año. Por su parte, la junta de La Jota va decidiendo los turnos de barra, de acompañamiento de la charanga, para limpiar y adecentar los locales... En el caso de la Teba, se comenzaron a hacer comisiones después de Semana Santa, “al menos este año que voy a estar yo de presidente -comenta Pablo Sada-, enseguida organizamos comisiones: Unos que se encargan del programa de fiestas, otros de la charanga, otros de la ofrenda de flores...”

Vivir las fiestas de día

“La organización de los turnos quizás sea el aspecto más complicado, -explica Paco Martínez Sangüesa, presidente de la Peña La Jota. “Hay quien se va en fiestas, hay mucha gente que sólo está en Tudela el 24, 25, y 26, y luego está todo el tema de las relaciones personales, siempre se tiene más afinidad con unos que con otros. La gente prefiere compartir turnos con sus amigos, y hay que pensar para cuadrar los horarios”.

Otro preparativo importante es buscar y contratar una charanga que anime el ambiente. La mayoría de las peñas trabajan con la misma desde hace muchos años, “por lo que basta con darles un toque un par de meses antes para asegurarte de que cuentas con ellos”, -explica Matínez Sangüesa.

Una jornada de fiestas vivida desde dentro de la peña, puede ser agotadora. Casi todo el mundo empieza por el encierro. “Si yo empezaba el día y me quedaba dormido, sin ir al encierro -cuenta Pablo Sada-, y era como que me faltaba algo, el día ya no estaba completo”. Después, no puede faltar el almuerzo en los locales, “y sentarte un rato a la fresca en San Jaime o en la Plaza Nueva, y aprovechas la mañana”, -explica Sada. Más tarde, los que tienen turno de charanga y todos los que quieran acompañarles, salen con ésta por las calles. La comida del mediodía sirve para reponer las fuerzas, pero el descanso de la siesta es muy pequeño cuando hay toros. “Si hay corrida, quedamos a tomar café y subir a la plaza. Después del festejo hay que hacer la bajada con la charanga, das una vuelta y vuelves a la peña a recoger todo. Y enseguida llega la hora de la cena -explica Paco Martínez Sangüesa.

Peñas envejecidas

Aparte de este completo programa, cada miembro acude además a alguno de los actos organizados por el ayuntamiento. Este ritmo trae consigo una consecuencia: La mayoría de los miembros de las peñas vive la fiesta de día, algo que, para casi todos ellos, no resulta un problema, sino todo lo contrario.

“La mayoría de la gente de las peñas -dice Martínez- tiene alrededor de 40 ó 50 años, y los más jóvenes tienen hijos pequeños. Pero es que además, a casi todos, siempre nos ha gustado más vivir la fiesta de día”. De hecho, Pablo Sada asegura que hoy en día”ves a los jóvenes que pasan muchas horas en la calle, de noche, pero sin hacer nada. Yo a las dos y media o tres de la mañana ya me pongo muy nervioso pensando en el día siguiente. Prefiero irme a dormir y estar fresquico a la mañana”.

Y sin duda, muchos tudelanos pertenecientes a peñas coinciden en que el momento del almuerzo es uno de los mejores. Es un rato de estar con las amistades, de echar unas risas, “y también disfrutamos mucho del rato de después, acompañando a la charanga y tomando el vermú”.

En cuanto a la participación en los actos, “sobre todo los primeros días vas un poco acelerado -asegura Sada-. Te tienes que levantar de las tertulias y de la mesa muchas veces, porque tienes unas responsabilidades, como la ofrenda floral o los cafés-concierto, que este año, de una manera u otra, va a haber”. Además, los actos que preparan las peñas deben ser cada vez mejores, ya que la gente es cada vez más exigente. “Antes, con tirar el cohete, casi era suficiente, -dice Sada-, pero ahora hay que preparar programas buenos, y yo entiendo que es más difícil”.