Tudela

Un mini herbolario en casa

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Disfrutar de un pequeño jardín en casa no requiere ni la inversión de una fortuna, ni disponer de un gran terreno. Basta un balcón de nuestra propia casa, o un espacio ajardinado de 3x3 metros, agua, luz y una correcta selección de especies vegetales. En la práctica, podemos cultivar en nuestro patio o terraza tanto flores y plantas ornamentales, como aromáticas, condimentarias o medicinales, e incluso –si tenemos más espacio– hortalizas de consumo frecuente. En este caso, nuestra meta es la obtención de un jardín medicinal y para ello los aspectos a valorar son es el espacio del que disponemos y las especies terapéuticas que no queremos que falten. En este sentido, tal vez sea interesante procurarnos una selección que cubra ampliamente el “botiquín de primeros auxilios”, por lo que podemos cultivar una digestiva manzanilla, la calmante valeriana, el estimulante romero, la refrescante menta, el antiséptico y anticatarral tomillo o la polivalente salvia.

El recetario magistral

Decidido lo anterior, ya estamos listos para planificar el espacio. Aspectos imprescindibles a tener en cuenta son la exposición a la luz y las condiciones del terreno. Si disfrutamos de abundante, sólo nos preocuparemos de distribuir las plantas en función de su mayor o menor necesidad. Si no es así, podemos recurrir a plantas que prefieren la sombra o pintar de blanco una pared. Otra opción sería el preparar maceteros de medianos a grandes, asegurándonos de la correcta impermeabilización de los recipientes.

Las especies más usadas para tratar dolencias y que crecerán sin problemas en nuestro pequeño jardín casero son las siguientes:

- Romero: permite su reproducción por esquejes (reproducción asexual en julio o agosto) o por semillas, a principios de primavera. Puede llegar a medir hasta a 2 metros de altura, por lo que requiere poda muy frecuentemente. Permite su cultivo tanto en interior como en exterior y no sufre ni de enfermades ni de plagas. Se abona cada mes desde marzo hasta agosto. En cuanto al riego, debe ser reducido en periodo de crecimiento y su hábitat ideal requiere la protección ante el viento. Aguanta temperaturas inferiores a –10ºC. De sus propiedades destaca que estimula el sistema circulatorio, es antiespasmódico y digestivo, entre otras cosas.

- Caléndula: se adapta a todo tipo de condiciones y llega a medir poco más de medio metro. La cultivaremos en exterior o en macetas, siempre a partir de semillas. Brotarán fácilmente, siendo la primavera su época de plantación, en suelo seco y al sol. Soporta tanto las heladas como la sequía y sólo requiere un riego frecuente y un entorno sin maleza como cuidados más ineludibles. Su recolección se realiza cuando las flores se han abierto y se procede a su conservación en un lugar sin humedad, hasta lograr un completo secado. Entre sus propiedades destacan su contribución a atenuar afecciones cutáneas, hidratar la piel o combatir la indigestión.

- Albahaca: esta planta es muy sensible a las heladas. Se cultiva únicamente por semillas, cuya siembra debe realizarse a principios o mediados de la primavera. Requiere una posición soleada y riego frecuente. Esta planta está especialmente indicada contra el dolor de estómago, el estreñimiento o la falta de apetito.

- Salvia: Ayuda a hacer la digestión y en infusión combate la excesiva sudoración. Puede usarse igualmente para enjuagues buco dentales. A la hora de su cultivo, puede comprarse en tiestos o hacer esquejes en primavera. Para guardar seca ha de recolectarse antes de la floración y secar al aire.

- Aloe Vera: Así es preferible reproducirlo por esquejes para que conserve su pureza genética. Los veinte o treinta retoños anuales que cada planta da, se transplantan cuando miden de diez a quince centímetros, sufren un choque traumático y parecen morir, aunque en dos meses recuperan todo su explendor, y empiezan a ser aprovechables como materia prima a los tres años. Es la reina de las plantas en medicina natural y sus propiedades son de sobra conocidas.