El 30 de noviembre de 2006 el Congreso de los Diputados aprobó la ley de Dependencia, bautizada como el "cuarto pilar" del Estado de bienestar tras la sanidad, la educación y las pensiones. Sin embargo, a día de hoy las expectativas generadas chocan con una dura realidad: miles de personas en lista de espera para recibir su prestación, y recortes debidos a la crisis económica.
Según datos del Imserso (organismo que gestiona las aportaciones de la dependencia), 230.209 personas están aguardando recibir la ayuda, es decir,
el 23% de los dependientes permanece en lista de espera.
Esta cifra se ha reducido en el último año un 6%. El Gobierno central considera un éxito de su política esa disminución en tan sólo un año y lo achaca a las medidas aprobadas en esta materia, que, en su opinión, han agilizado las ayudas entre los grandes dependientes. Sin embargo, colectivos de solicitantes aseguran que la reducción se debe a la expulsión de los beneficiarios más moderados del sistema por los cambios de baremos y al fallecimiento de otros muchos durante la espera.