Los miembros del comité de empresa de Sanyo por parte del Sindicato UGT valoraron el pasado jueves, un día antes del cierre definitivo de la planta, positivamente, “pero con reservas”, el acuerdo alcanzado con la multinacional. “Sin embargo -señalaba Begoña Latorre- no hemos logrado mantener la actividad industrial”.
UGT continuará trabajando en el tema Sanyo, donde la producción cesó de manera oficial el pasado 31 y sólo quedarán 34 personas realizando trabajos de distribución y logística de la marca nipona en España, siguiendo dos líneas de trabajo. Por un lado ofreciendo a los 89 trabajadores que no han podido acceder al sistema de prejubilación, sus servicios de formación y reciclaje, así como el de la bolsa de empleo, para conseguir su recolocación; y por otro, seguirá insistiendo en recuperar el tejido industrial de la zona, que con el cierre de la empresa nipona queda “seriamente dañado”. Para ello han comenzado una ronda de conversaciones con los empresarios de la zona, así como con el consistorio tudelano, en la que también les gustaría incluir al Gobierno de Navarra. “Es el único que nos ha fallado en esto -indicaba Latorre- pero no nos queda más remedio que entendernos. La empresa continúa abierta a posibles negociaciones, porque todavía están las naves, pero siempre y cuando sea un planteamiento serio”. Respecto a la devolución de las ayudas otorgadas, tema pendiente entre la administración foral y la empresa, Latorre apuntaba, que “Sanyo ha dicho que las devolverá, pero cuando las cobre”.
José Antonio Lerín, Secretario General de la Federación del Metal. Construcciones y Afines, destacó las gestiones llevadas a cabo por la organización sindical para el restablecimiento de la actividad industrial, cuyos últimos pasos se dieron la semana pasada y con los cuales se podría hablar de “algún tipo de iniciativa”, pero todavía era pronto para concretar nada.
