La Escuela Taller de Cintruénigo cuenta con tres nuevos alumnos. Tres mujeres que, desde el pasado 7 de enero, trabajan junto al resto de estudiantes del programa en la rehabilitación de la Casa Loygorri de la localidad. Previamente formadas en placa de cartón y yeso laminado a través de un curso de la Fundación Laboral de la Construcción, la escuela taller decidió contratarlas apostando por la inserción de la mujer en un ámbito principalmente masculino como es la construcción. “Creo que es un sector con muchas posibilidades donde las mujeres podemos desarrollar un buen papel. La construcción es dura, pero cada vez el esfuerzo físico está siendo desplazado por la maquinaria”, explicó Celia Lapeña, directora de la escuela.
Así, las cirboneras María Aragón e Inmaculada Echeverría, de 16 y 17 años; y Daniela Stoian, rumana de 22 años, se han integrado muy bien en la escuela, según apuntó Lapeña, quien destacó el “buen” trabajo que están haciendo las jóvenes. Aragón y Echeverría, ambas hijas de albañiles, se muestran satisfechas con el desarrollo del curso. “Es un trabajo de hombre, pero yo ya sabía que era difícil y que había que hacer un esfuerzo. Me apunté por probar, pero en un futuro prefiero dedicarme a montar placas de pladur”, comentó Echeverría. Por su parte, Aragón no descartó trabajar en un futuro como albañil. “Estamos haciendo lo básico, picar y levantar. El peso es mayor y el esfuerzo también, pero tenemos buenos compañeros y se está a gusto”, afirmó la joven.
Estas tres alumnas, que de momento tiene contrato de seis meses ampliable hasta el 20 de mayo del próximo año, serán las encargadas de colocar las placas necesarias en el edificio objeto de intervención. “También enseñarán al resto de chicos sus conocimientos en trasdosados y distribución interna”, explicó Lapeña.
