Algo más de media hora tardaron este año los doce miembros de la guardia romana, encarnados por 12 vecinos de la localidad, en capturar al Judas, en la mañana del Domingo de Resurrección, y cumplir así con una tradición que se remonta al siglo pasado y se ha convertido en la más simbólica y concurrida de la Pascua en este municipio. La de 2008 ha sido sin duda la de más contratiempos de los últimos años, hasta el punto de que tres personas diferentes se han visto involucradas en la representación del acto. O mejor dicho, tres candidatos. Son: Adrián Redondo, quien ya se pusiera en la piel del traidor el año pasado y que finalmente tuvo que ser sustiruído por Rodrigo Elía, tras sufrir el primero una lesión mientras ensayaba su particular recorrido; y, por último, el joven que acabó el acto y que se vio obligado a improvisar su participación en el momento en que Elía sintió un fuerte dolor en una pierna que finalmente desembocó en esguince. Pese a todo, el acto no se deslució ni un ápice.
