La publicidad nos moldea continuamente y esa influencia llega hasta los más pequeños.
Hemos pasado fechas en las que han recibido mensajes que transmitían que para ser muy felices tenían que tener éste o aquel juguete.
Los adultos no nos contentamos sólo con los objetos sino que debemos de tener experiencias, sensaciones, información, etc. para sentirnos bien y estar autorrealizados. De ser esto así, habría sido más apropiado llamarnos tenedores humanos o contenedores humanos por nuestra tendencia acumulativa y coleccionista.
Si nos hacemos llamar seres humanos quizá sea porque nuestra principal misión en la vida es ser, sólo ser (respirar, percibir, caminar, relacionarnos, conectar con el entorno…). No hablamos en ningún caso de llegar a ser (cuando sea madre, cuando sea rico, cuando sea delgada…), porque es entonces cuando nos alienamos de nuestra esencia en la ilusión de un futuro incierto que en la mayor parte de los casos no está bajo nuestro control.
No necesitas tener, hacer o conseguir nada en orden a estar completo/a. Ya eres perfecto/a tal cual eres. No ha habido ni habrá nunca nadie igual a tí. Descubre tu esencia, riega la semilla de tu potencialidad y florecerás como el Ser maravilloso que ya eres.
Mari Carmen Cristóbal
Psicóloga
