La moda cambia y, con ella, miles de tendencias desaparecen y vuelven a resurgir como si de un capricho se tratase. Según las propuestas para este otoño-invierno, nos despediremos del pantalón pitillo que tantas alegrías nos ha traído. En su lugar, el culotte (pantalón palazzo de largo midi) y el pantalón de campana serán los reyes de la temporada e intentarán sustituir al pantalón de corte pitillo en su comodidad y versatilidad.
Además, el estilo masculino de los trajes sastre tapará los escotes tan recurrentes de otras temporadas. El pasado fashion se impone en la pasarela y nos regala una pequeña muestra de cada década, destacando sin embargo la de los 70, que invadirá nuestro armario con faldas de ante y tejidos de patchwork. Los brocados y encajes de la época victoriana, las faldas midi de los 50, los mini vestidos de estética mod de los años 60 y las extravagancias de cuero de color de los recientes años 80; una lista sin fin de ideas para este otoño.
¿Echáis de menos los vestidos de cintura baja de los locos años 20? ¿O el minimalismo de los 90? Es cierto, la pasarela no quiere saber nada de ellas. Los bolsos de mano pasarán a la historia, colocándose el de estilo bandolera en la cima del street style. Una apuesta cómoda, muy informal y mucho más democratizada que la anterior. ¿Y qué decir del bolso brazalete? En forma de clutch o sobre, sus asas rodean la muñeca de manera original, una opción parecida al típico bolso de mano, pero en versión 2.0.
La sencillez de la bailarina se verá eclipsada por zapatos con lace up, atados en el tobillo con finos cordones, y botas que llegan hasta el infinito en forma de media. Los collares grandes cuyo emblema era “más es más” se transformarán en pendientes XXL con un plus de brillo. El dress code impone cazadoras ‘perfecto’ y estampado tartán en contraposición al estilo baby doll, quizás ya desgastado. ¿Será cierto que dejaremos de llevar estas prendas solo porque la pasarela así lo ha dictado?
Clara Alegría
Periodista de moda
