La Asociación de Cazadores Deportivos de Tudela, a la que se le adjudicó el coto de Montes de Cierzo de forma directa el pasado viernes, ya ha echado a andar. Tras un año marcado por la sanción a la antigua sociedad en relación al caso de envenenamiento de aves, los agricultores reclamaron una solución al consistorio ante la ausencia de actividad cinegética y el temor por los daños a cultivos. El descaste, aunque con retraso, va a empezar.
Bruno Belío fue elegido presidente de la nueva asociación adjudicataria, encabezando una junta directiva completamente nueva que, según él, afronta un año de transición. "La adjudicación es por un año. Lo que más prisa corre es salir a cazar, porque llevamos retraso con el tema de los daños a cultivos", afirma Belío. "Ha habido muchos daños de conejo y de jabalí", añade.
Éste es el mayor quebradero de cabeza para los cazadores a partir de ahora, ya que, como relata Belío, "se han perdido cuatro meses de prevención de daños y también tiempo de descaste de conejo". Aunque prefiere no "arriesgarse" con las cifras, Belío calcula que la cantidad a pagar como compensación a los agricultores a final de año rondará los 30.000 euros.
El proceso judicial abierto contra la antigua Asociación Montes de Cierzo ha provocado que el número de socios en el nuevo entramado sea menor que en el anterior, en el que se contabilizaban 312 cazadores. "Ahora llegaremos a los 260 ó 280", asegura Belío.
Belío cree que "hay muchas cosas que se pueden cambiar
en la gestión de la actividad cinegética". "De momento,
el Ayuntamiento ha tenido buenas palabras de cara a cuando toque presentar un nuevo proyecto para cuatro años. Nos han dicho que hablaremos del tema económico relativo a los daños y eso es un paso", afirma.
En ese sentido, reclama que la viabilidad de la labor comunal de los cazadores empieza a ser "insostenible". "Antes Medio Ambiente contribuía en los daños a cultivos. Ahora pagamos los cazadores, y en seis años de crisis cada vez hemos contribuido más", señala. "Si a eso le sumamos el canon, tantos gastos acabarán por ahogarnos. Pero la actividad cinegética debe mantenerse", dice.
Al hilo de la devolución del coto de Cortes al ayuntamiento por parte de los cazadores de esa localidad, Belío señala que "desgraciadamente,
es algo que se podría convertir en tendencia". "Estamos abocados a esto. Si tenemos en cuenta los daños del conejo y del jabalí, viniendo ambos muchas veces de fuera del coto, no se puede abarcar todo. Además, cada vez hay menos cazadores", concluye.
