Tudela

Tabaquismo

1139390065.jpg

A comienzos del S.XXI, el tabaquismo continúa siendo la primera causa evitable de enfermedad y muerte prematura en España. Cada año, más de 50.000 personas mueren en nuestro país debido al consumo de tabaco. Tantas como si cada día se estrellara un avión con más de 100 pasajeros a bordo, sin que quedase superviviente alguno.

Fumar, además, es la causa de más del 90% de los casos de bronquitis, el 95% de los casos de cáncer de pulmón, el 30% de todas las cardiopatías coronarias, y es también un factor causal bien establecido de cáncer de esófago, vejiga urinaria, cavidad bucal y laringe.

Por otro lado, el consumo de tabaco tiene efectos dañinos sobre quienes optan por no fumar pero comparten espacios cerrados con los fumadores. La identificación del Aire Contaminado pot Humo de Tabaco como carcinógeno para los humanos, realizada en el año 2002 por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer dependiente de la OMS, refleja la unanimidad existente en toda la comunidad científica internacional respecto a este problema. La combustión de tabaco origina un tipo de humo que contiene más de 4.000 sustancias químicas. De ellas, más de 50 son carcinógenas.

Otro factor importante en el tabaquismo es que, actualmente, es un problema epidémico debido a la gran cantidad de personas a las que ha empezado a afectar desde mediados de los años 50 del S.XX hasta hoy. Desde que los españoles trajeron las primeras hojas de tabaco de América, pasaron 400 años sin que su uso alcanzara en nuestro país la dimensión epidémica actual. Este cambio se debe fundamentalmente a cambios económicos propios de la industrialización, especialmente, el desarrollo de nuevas técnicas de cultivo, el incremento masivo de las importaciones de tabaco, el abaratamiento de los procesos productivos, la incorporación de los procesos de dicha revolución a la fabricación de cigarrillos y el desarrollo de técnicas cada vez más sofisticadas de promoción. Todos estos factores, junto a la falta de medidas reguladoras, hicieron que el consumo de tabaco se disparase a mediados del siglo pasado, llegando a su punto más alto a mediados de los años 80.