La prescripción de ejercicio físico individualizado, el control de los hábitos de vida, la actuación sobre los factores de riesgo modificables (hipertensión, diabetes, etc.), un apoyo psicológico, consejo sexual e incluso la orientación laboral configuran algunas pautas de rehabilitación respiratoria y cardiaca.
El asma, las bronquiectasias y la fibrosis quística son las enfermedades no-EPOC que con más frecuencia requieren rehabilitación respiratoria.
Es necesario implementar los recursos humanos y materiales en los distintos niveles asistenciales para una adecuada rehabilitación cardiaca y respiratoria.