Tudela

Sin pasar por casa

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Los actos programados, los horarios, las costumbres gastronómicas y el ánimo que se lleve en el cuerpo, hacen que en las Fiestas de Santa Ana las comidas tengan un sentido especial. Y es que se convierten en el auténtico punto de referencia para aquellos a los que les gusta perder la noción del tiempo. En algunos casos sirven también como forma de reunión entre amigos e incluso hay quien las utiliza de excusa para disfrutar de las fiestas “sin pasar por casa”.

Es por ello, por lo que muchos tudelanos establecen auténticos itinerarios culinarios, en función de las horas y de los actos a los que decidan acudir, a través de los cuáles pueden pasar un día completo sin aparecer por sus domicilio en más de 24 horas. Una tradición que suele ser habitual entre la población joven en los primeros días de Sanata Ana.

Al huerto con la parrilla

Las costumbres culinarias más señaladas por los tudelanos en dichos itinerarios de principio de fiesta son: Los desayunos, el vermut, las comidas en el campo, la ruta del vino y las cenas en la feria. Con ellas los vecinos de tudela recorren diferentes puntos de la ciudad.

El Redboul de la mañana

Si paseamos a las 7 de la mañana por las calles de Tudela, cualquier día de fiestas, no es de extrañar encontrar muchas cafeterías más llenas que incluso por la tarde–noche. Especialmente aquellas en las que el café, el chocolate y sobretodo los churros y la bollería están recién hechos.

“A esas horas, en las que te da el bajón del cuerpo, un buen chocolate con churros te vuelve a cargar las pilas para aguantar un par de horas más e ir al encierro y a las vaquillas”, explica un tudelano.

“Los Churros y el chocolate son el producto estrella de la mañana, los jóvenes dicen que es como el Redboul matutino”, comenta la dependienta de una de las cafeterías cercanas a la plaza de toros.

La ruta del vino

El siguiente paso que marca la tradición para muchos es ir a comer con la cuadrilla a los huertos. “Costillas, chistorra, panceta y un poquito de café sólo bien cargado es lo que siempre llevamos”, confiesa otra tudelana. Y es que tras una noche y parte de la mañana de diversión ininterrumpida, uno de los mejores momentos del día, según afirma Alfredo, “es dormir la mona tumbado en el césped con el estómago lleno”.

También hay gente que antes de ir a comer, tras el encierro disfruta junto con los más pequeños de los gigantes y cabezudos en la Plaza de los Fueros y de “un buen palto de calamares con un mostico para abrir el apetito antes de la comida”, comenta Marta.

Pollo, patatas ... y a la plaza

“Salimos de casa sobre las 8 de la tarde, y bajamos hasta la Plaza de los Fueros. Comenzamos por los bares que están en la Calle Carnicerías, seguimos hasta la Plaza de San Jaime, bajamos hacia el Muro y terminamos en la Plaza de los Fueros”. Este es el recorrido que realizan todos los días del año María y Pedro. Se trata de una pareja de tudelanos que desde que se conocieron, hace ya más de 30 años, realizan “la ruta del vino” todos los días. Sin embargo, cuando llegan las fiestas prefieren quedarse en casa o a lo sumo realizar “sólo la salidita de la tarde para tomar unos vinos, ya que hay mucha gente y apenas puedes pedir en la barra”, explica María.

Esta popular ruta supone no sólo una degustación culinaria y vitivinícola, sino también una forma de “reencontrase con los vecinos y amigos de siempre”, explica Pedro. Por ello, cada cuadrilla marca un itinerario diferente.

“Hay quienes empiezan en la Plaza de los Fueros, luego van al Muro y terminan en la Plaza de la Judería, y también hay quien hace justo los contrario. El caso es que casi todo el mundo va a los mismos bares; por ello, podríamos hallar de una sola ruta”.

En Fiestas de Tudela después de una intensa tarde de toros, cafés conciertos, y demás actos, la ruta del Poteo o ruta del vino por los bares del casco antiguo es lo más común.