Tudela

Servicio de lavandería a inmigrantes en la parroquia ejeana

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Origen de la iniciativa

La parroquia de Ejea de los Caballeros proporciona gratuitamente a los inmigrantes de este municipio un centro de aseo personal y lavandería, al que acuden diariamente cerca de 30 argelinos y marroquíes. En su mayoría, se trata de trabajadores temporales que residen en viviendas mal acondicionadas del casco urbano o en cabañas de fincas agrícolas. Cerca de 25 voluntarios se encargan desinteresadamente de la limpieza de las instalaciones y de acoger a los usuarios. El centro, que abrió sus puertas en 2001, se sostiene económicamente con donativos, subvenciones de entidades públicas y privadas y del presupuesto anual de la parroquia.

La creación de este servicio surgió en el año 2000 con motivo del IV centenario del traslado de la imagen de la Virgen de la Oliva, patrona de Ejea, desde el monasterio de La Oliva, en Carcastillo. “De los actos religiosos celebrados en esta efemérides adquirimos el compromiso de realizar una obra social dirigida a personas desfavorecidas en Ejea que se plasmó en el 2001”, explica Bartolomé Fandos, párroco de la capital de las Cinco Villas.

Así, el servicio se integra en el mismo edificio de la casa parroquial que tuvo que ser reformada para habilitar este espacio. Las obras supusieron unos 30.000 euros, sufragados con la herencia de un ejeano que quiso destinar sus ahorros a una obra benéfica, con aportaciones de los feligreses y de la cofradía de la Virgen de la Oliva y una subvención de la Fundación La Caixa.

Buena organización

Algunos de los usuarios que acuden son inmigrantes que desde hace unos meses ocupan el antiguo puesto de Cruz Roja, situado en la carretera A-125 de Ejea a Sádaba. “La caseta, como la llamamos, no reúne las condiciones de habitabilidad mínimas, pero no tienen otro sitio adonde ir”, indica el coordinador José Antonio Manero. En el día a día los voluntarios del centro de higiene y aseo se distribuyen por grupos de cuatro personas y una voluntaria se encarga de anotar el nombre de cada uno de los usuarios para establecer un orden de entrada. Los inmigrantes acuden por la tarde y aguardan su turno de ducha en la recepción del centro donde les proporcionan una toalla. Los voluntarios limpian las duchas cada vez que son utilizadas de modo que siempre están limpias para el siguiente usuario.