Tarazona

Ser Cipotegato: cumplir un sueño

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Como un sueño cumplido. Así describe el joven turiasonense el “honor” que para él representa encarnar durante las próximas fiestas patronales de su ciudad la figura del Cipotegato. Tan sólo sabemos de él que tiene 25 años, que está soltero y que trabaja como mecánico, y es que, como manda la tradición, su identidad debe guardarse con celo hasta, al menos, el día 17.

Seis años y el número 99 como aliado (esa fue su papeleta en el sorteo para representar a este peculiar personaje) le han hecho falta para hacerse con el papel protagonista de las fiestas en honor a San Atilano. “Es un orgullo, algo que se lleva muy adentro. No tenía otra cosa en la cabeza que ser el Cipotegato, me hacía mucha ilusión”, reconoce el joven, al mismo tiempo que afirma que guardar el secreto durante más de un año “es demasiada tensión”. Un honor que a punto estuvo de pasar de largo. “El día del sorteo fui con tres DNI para recoger otros tantos números: para mi hermano, un amigo y para mí. Los cogí y no los miré hasta que luego, tomando el vermouth, vimos el número, miramos las papeletas y ahí estaba. Pero se habían mezclado y no sabía cuál era de cada uno, así que tuve que buscar al concejal para que me lo dijese y, finalmente, resultó que era el mío”, recuerda el turiasonense, que representará el papel tras haber sido suplente el año pasado. Para ello, se ha preparado a conciencia, ya que según reconoce hay que tener buena forma física para meterse en el papel y es que, la salida del Ayuntamiento -momento en que empieza su trepidante carrera- es uno de los más difíciles. “Resulta axfisiante y hace falta fuerza porque es mucha la gente que trata de impedirte el paso”, reconoce.

Las más especiales

Pero como todo Cipotegato que se precie, contará con varios compinches para cumplir con su cometido. En este caso serán sus numerosos amigos quienes le abrirán paso en la plaza, le acompañarán en su recorrido por la ciudad (un circuito que sólo él conoce y que durará en torno a 15 minutos) y lo alzarán hasta la estatua de bronce erigida en honor de este popular personaje en la plaza. Será entonces, cuando con la vara tricolor en alto, salude a todos los vecinos y reciba una multitudinaria lluvia de tomates, algo a lo que no teme. “No es como cuando estás en el centro de la plaza, al Cipotegato no le van tantos”, comenta.

Mujeres Cipotegato

Así serán estas fiestas de San Atilano para este joven, quien afirma que el día 17, el del Cipotegato, es el mejor de todos. “Junto a los toros, es lo más grande. Además, este año será especial, diferente para mí y quiero que también lo sea para mis amigos, por eso lo voy a compartirlo con ellos”, asegura, al mismo tiempo que dice que las fiestas hay que vivierlas siempre con buen ambiente y por la calle.