Tudela

Salvando el Humilladero de Tudela desde los años 80

La verdadera historia de la conservación de este monumento se remonta al trabajo de un aparejador que evitó su demolición a finales de los 80.

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photo_camera Carlos Elizalde Zalba junto a uno de los recortables que diseñó del Humilladero de Tudela

En pie desde el siglo XVI y a duras penas desde finales de los años 80, el Humilladero o Cruz de Tudela está de enhorabuena con la reciente aprobación de una ayuda que permite su restauración. Sin embargo, esta restauración será posible gracias al trabajo desinteresado de un grupo de personas como Carlos Elizalde Zalba, aparejador de profesión y amante de los humilladeros de Navarra como pasión. Ejerció sus labores profesionales para el Catastro recorriendo Navarra y fue hacia el año 1986 cuando descubrió la estructura del Humilladero de Tudela, a partir de entonces comenzó a defender su conservación, labor en la que sigue inmerso en la actualidad. 

A esta labor de conservación se le sumará al fin el apoyo del actual Ayuntamiento tudelano que la semana pasada anunció que, gracias al trabajo de Cultura y Turismo, se ha obtenido una subvención de 75.000€ para el proyecto de restauración. El dinero, que supone el importe máximo subvencionable, proviene de las ayudas europeas Leader que gestiona Consorcio EDER y que financian el Fondo Europeo de Desarrollo Rural Feader en un 65% y el Gobierno de Navarra en un 35%. A esta cantidad se le sumará la partida presupuestaria de 280.482,27€ del Consistorio prevista en las cuentas de este año para ir “más allá de la reconstrucción o del mero retoque estético”, según informó el Ayuntamiento.

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Planillo del Humilladero difundido por el Ayuntamiento de Tudela

El Humilladero, que se ubica en la entrada a la ciudad por el puente del Ebro en el término de Traslapuente, esquivó su derribo inminente en 1986 motivado por las obras de ampliación del tablero del puente. Gracias al trabajo del aparejador Carlos Elizalde Zalba y los arquitectos Joaquin González Miranda y José Alfonso Pezonaga, se instruyó un expediente de protección ante la Institución Príncipe de Viana y se gestionó la donación del terreno colindante. Además, este equipo de técnicos hizo posible la obtención de una subvención de la Administración Foral de 9.000.000 de pesetas que permitieron la redacción del ‘Proyecto de Ejecución de Restauración del Humilladero de Tudela’. El documento fue redactado, visado y entregado a la entidad municipal por los técnicos a fecha de 1990. Por desgracia, el proyecto quedó pendiente de concurso y de adjudicación, y olvidado hasta la fecha presente tras el cambio del equipo del Ayuntamiento en las elecciones de ese año.

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Carlos Elizalde Zalba, impulsor de 'Salvemos el Humilladero de Tudela'

Durante 32 años, Carlos Elizalde Zalba ha trabajado de forma altruista por la defensa del Humilladero, participando en la inclusión del monumento dentro de la ‘Lista Roja del Patrimonio’ en 2018 que hizo posible el arquitecto y profesor de la Escuela de Arquitectura de la UNA, José Vicente Valdenebro. El listado es una recopilación que registra monumentos de carácter histórico-artístico en peligro de desaparición. También ha dedicado su tiempo y esfuerzo a la creación y difusión del proyecto ‘Salvemos el Humilladero de Tudela’ para defender la necesidad de recuperar y cuidar el monumento editando panfletos informativos, un recordable del Humilladero y una reconstrucción en 3D.

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Colección de recortables del Humilladero de Tudela

Por otra parte, los trabajos previos de desbroce y limpieza del edificio ya han finalizado, así como el escaneado y posterior levantamiento de planos. A partir de ahora este material servirá como base para la realización del proyecto de restauración arquitectónica. El plazo de ejecución y justificación del proyecto final es el 29 de marzo de 2023, ya que la subvención europea se realiza con cargo a los presupuestos de Consorcio EDER del año próximo. Tal y como notificó el Ayuntamiento, se intervendrá de forma integral en la recuperación del inmueble del Humilladero con criterios profesionales de conservación de patrimonio, con la intención de integrarlo después en las propuestas culturales y turísticas de la ciudad, como punto de partida de las visitas guiadas, ampliando la zona histórica visitable y creando un punto inicial muy importante que vendría a completar la recuperación de la zona con el corredor verde del otro lado del puente.

El Humilladero de Tudela es especialmente significativo porque su construcción va más allá de la simple ubicación de una cruz para señalar un cruce de caminos y la entrada o salida de un pueblo. El Humilladero tudelano aparece citado por primera vez en 1539 y en documentos de 1630 se describe la cruz adornada por una gran cantidad de tallas religiosas, erigida sobre varios escalones y un pedestal, todo ello cubierto por un templete de cuatro arcadas que se erigía también sobre escalinatas. Además de su originaria función religiosa, sirvió también como fortín tras la Desamortización de Mendizábal en 1834, defensa del puente en la Primera Guerra Carlista, lugar de cobro de impuestos llamados arbitrios y vaquería.