Tudela

Sabemos por dónde irá el agua

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Las terribles consecuencias de esta pasada crecida extraordinaria ponen de manifiesto que algo está funcionando mal en nuestros ríos. Nos solidarizamos con los agricultores y ganaderos que han tenido pérdidas y que día a día intentan sobrevivir en un sistema económico y comercial que no les trata nada bien. Lamentamos profundamente la pérdida irreparable de vidas y entendemos el dolor al ver que tu vivienda se inunda.

Corresponde a los responsables, Confederación Hidrográfica del Ebro, Ayuntamientos, Gobiernos Autonómicos y Estatal buscar soluciones de futuro y sostenibles a un problema acrecentado por los errores del pasado que ellos han creado y facilitado. Esta avenida tiene como origen unas lluvias extraordinarias y un fuerte deshielo. Pero reconozcamos claramente que las consecuencias de la crecida han aumentado al ocupar la llanura de inundación de los ríos.

No sabemos con exactitud cuándo va a llover, ni cuánto. Pero sí sabemos por dónde irá el agua. Frente a una gran avenida no hay diques que valgan. Si ocupamos la llanura de inundación pensando que esos diques son nuestro salvavidas corremos el grave peligro de que en caso de rotura se lleve por delante nuestros cultivos y viviendas.

Los dragados son caros y no son eficaces. Huyamos de soluciones que agravan y perpetúan el problema. Las instituciones y administraciones deben liderar un cambio en nuestra relación con los ríos. En Francia son los agricultores quienes están determinando las zonas inundables en el Garona. En el Rhin  alemán se están derribando motas y recuperando bosques de ribera. Porque más allá de lo que ponga en los papeles de titularidad las zonas que se han inundado corresponden a la llanura de inundación de los ríos.

Mientras se buscan soluciones de consenso y de futuro se deben realizar todos los esfuerzos para compensar económicamente todos los daños. No es de recibo que después de haber permitido que se ocupe la llanura de inundación o de plantear zonas de inundabilidad la CHE, Ayuntamientos y Gobiernos no destinen partidas a paliar totalmente los daños. Se deben buscar también formas legales que obliguen a las Compañías Aseguradoras a cubrir el 100% de lo asegurado, cosa que actualmente no ocurre.

Los datos facilitados por CHE sobre el caudal máximo de la crecida, al igual que a otros muchos estamentos y organismos, nos crean dudas y suspicacias. Partiendo de referencias cercanas a la propia CHE, lo que va por el cauce es fácil de medir pero lo que se ha salido depende más de cálculos estimativos. Es muy extraño que en el 2003 se registraran 3300 m3/seg y ahora con 2500 se hayan producido tantas roturas y desbordamientos. Tantas como en la inundación de 1960 con 4.950 m3/seg. Y nos crea la suspicacia de que estos datos se hayan facilitado para justificar un dragado masivo. Ayuda a creer esto que CHE y Ministerio de Medio Ambiente se estén escudando en la legislación y en las figuras de protección medioambiental. Se ha llegado a decir que si esta legislación no sirve se cambia, abocándonos a una solución inútil e ilegal.

En el pasado ocupamos ciertos espacios del río. Ahora, de forma ordenada, debemos retirarnos, dotándoles de mayor espacio. Con el retranqueo de ciertas motas vamos a aumentar la seguridad. Se deben recuperar paulatinamente algunos bosques de ribera eliminados en el pasado. Así, el río nos devolverá acrecentada toda su riqueza. Este tipo de situaciones naturales hacen que mejore la calidad en nutrientes de las zonas inundadas, haciendo que en el futuro se utilicen menos fertilizantes sintéticos. También mejora la calidad de los acuíferos y las aguas superficiales, eliminando plagas como la mosca o mermando el mejillón cebra. La vegetación y los bosques de ribera frenan la velocidad y fuerza del agua, regulan el clima, atrayendo humedad y rebajando las temperaturas, también neutralizan los contaminantes. Además, estos bosques son hábitat y refugio de  diferentes especies faunísticas. Vivimos de espaldas a los ríos y a veces estos llaman de forma impetuosa a nuestras puertas reclamando lo que un día les quitamos.

Eduardo Navascués

Ecologistas en Acción