Tarazona

Riesgo de la salud arterial y venosa de los adolescentes

¡Alerta ante el comienzo del curso escolar! Permanecer sentados más de nueve horas diarias favorece el desarrollo de insuficiencia venosa crónica en los adolescentes. Los hábitos de vida acrecientan el riesgo de aparición de una patología venosa en menores de 16 años. Ésa es una de las conclusiones más significativas del estudio de campo dirigido por el Capítulo Español de Flebología e iniciado por el Dr. Vicente Ibáñez. “El consumo de alcohol, la falta de actividad física y una presencia significativa de sedentarismo son aspectos evidenciados en este estudio y que junto a una bomba muscular de piernas deficiente incrementan el riesgo de aparición de una patología venosa en menores de 16 años”. Algunos de los datos extraídos de la investigación son elocuentes: los jóvenes de entre 13 y 16 años pasan sentados más de nueve horas diarias, consumen alcohol en mas del 50% y su alimentación abusa de la bollería a diario. De igual forma, la actividad física, no se conforma como un hábito diario. A juicio del Capítulo Español de Flebología se impone la necesidad de “recomendar a las Administraciones centrales y autonómicas que pongan en marcha programas de prevención y de detección temprana de patologías venosas. El estudio”, afirma el experto, “orienta a la comunidad científica hacia la consideración de la presencia de signos alarmantes en edades más precoces de las valoradas hasta la fecha”.

“Es un tema de gran importancia”, “si no se ataja esta tendencia en su fase incipiente, cuando todavía sólo se aprecian signos y síntomas menores, en diez años el problema puede cronificarse en un porcentaje significativo en la adolescencia española. Antes de que se convierta en un problema para la sanidad española y para los costos que generaría, han de tomarse las medidas oportunas, sobre todo en el campo de la educación secundaria y en el bachiller, orientadas hacia el cambio de hábitos”.

La comunidad científica estima que el origen de las patologías venosas tiene factores predisponentes como la herencia o malformaciones congénitas y factores desencadenantes como son los cambios hormonales. Además han de considerarse la falta de ejercicio, la obesidad, los traumatismos o un sedentarismo u ortostatismo muy prolongados. En este sentido, el Dr.Vicente Ibáñez entiende que “con la llegada del curso escolar los hábitos se convierten en rutinarios y más prolongados, lo que incrementa el riesgo de aparición de los primeros signos y síntomas de insuficiencia venosa crónica durante esos años, una cuestión que ha de valorarse haciendo hincapié en la ruptura de esas costumbres nocivas como mecanismo de prevención”.