Tudela

Renovarse o morir

1283931055.jpg

Sin lugar a dudas que el título de este artículo les resultará familiar, previsiblemente porque Uds., en algún momento, hayan tenido que utilizarlo para poder progresar o evolucionar personal o profesionalmente. Este titular se hizo popular como consecuencia de la frase que selló el filósofo y escritor Miguel de Unamuno (1864-1936) cuando afirmó que “el progreso consiste en renovarse”.

Por lo tanto, nuestro progreso como personas siempre estará supeditado a la voluntad por renovarse. Es verdad que uno puede optar por la no renovación, pero en el caso del mercado de trabajo, eso le supondrá menos posibilidades de decidir dónde quiere trabajar, menos compensación económica, un trabajo menos cualificado y menor motivación personal.

Debo insistir en que aquellas personas que no se formen continuamente, no estarán a la altura de las circunstancias y tendrán menos posibilidades de ser personas de éxito. Pero no se trata de coger la prensa escrita para ver qué cursos se ofertan, sino en formarse en aquellas áreas que contribuyan a minimizar nuestras debilidades y maximizar nuestras potencialidades.

El otro día me contaba una de las cuatro millones de personas inscritas en la oficina de desempleo, que le habían propuesto realizar un curso de informática, y que él había renunciado, porque eso no tenía nada que ver con su profesión de toda la vida: Alicatador.