Tudela

Renovarse o morir

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Las charangas son las encargadas de amenizar y dar un toque festivo y de alegría en todos los rincones de la ciudad por donde pasan. Siempre han existido. Su sola presencia ya es sinónimo de fiesta. Se les puede escuchar en cualquier sitio de la ciudad y a cualquier hora del día, o incluso de la noche, con sus canciones y notas musicales tan características de estas fechas y altamente conocidas por todos.

Los tudelanos no se imaginan unas fiestas sin ellas. Desde que es lanzado el cohete, el día 24, hasta que se entona el pobre de mí, hay cabida para ellos, en una carrera constante y frenética, por llegar a todo tipo de actos que se incluyen en su calendario festivo, desde el encierro matutino, hasta las corridas en la “Chata de Griseras” y la posterior bajada de las peñas.

Pero los tiempos cambian y con ellos los gustos y las preferencias de la sociedad. ¿Sigue la gente desfilando por las calles al son de las charangas? ¿Son tan participativas como hace unos años? ¿Es necesario sustituirlas por otro tipo de actos que despierten más interés social?

El Concejal de Festejos del Ayuntamiento de Tudela, Fernando Inaga, lo tiene claro: “Si a los encierros van sólo dos charangas, al mediodía van tocando por las calles de la ciudad casi solas, y en la bajada de los toros una de ellas va con gente y las demás prácticamente sin nadie, pues lo lógico es que no haya siete charangas. Si a la juventud ya no lesgusta ir bailando con ellas, lo mejor es renovarse y evolucionar acorde a los tiempos que vivimos”, afirma Inaga. Por este motivo, el Ayuntamiento mantuvo una reunión con las peñas de la ciudad, “se les propuso reducir este año el número de charangas y en su lugar, con la subvención que perciben, realizar otro tipo de actividades que gusten más a la sociedad actual”, comenta el concejal de festejos tudelano.