¿Realmente la imagen de nuestra empresa muestra qué somos, qué ofrecemos y qué queremos ser? Día a día vemos como grandes y pequeñas empresas cambian su logotipo, el diseño de los envases, los nombres de sus productos, sus eslogans… y todo ello siempre acompañado de campañas de marketing que tienen la finalidad de dar un giro a la imagen de su empresa, con el fin de poder atraer a más clientes y por supuesto sin perder a los que ya tienen.
Claro está que no todas las empresas necesitan realizar los mismos cambios ni en la misma magnitud, por lo que es imprescindible realizar un previo estudio de mercado que nos permita conocer cuáles son los puntos débiles de nuestra imagen de empresa para poder fortalecerlo y ampliar nuestro abanico de clientes.
De este modo podremos conocer y analizar si es nuestro nombre comercial, envase, producto o si es la imagen externa o interna de nuestra empresa la que marca nuestra reputación, y por tanto podremos conocer las connotaciones positivas y negativas que todo ello puede acarrear, para ponernos manos a la obra y comenzar a reforzar nuestra imagen.
Una vez conocida qué imagen tiene nuestra empresa podremos proceder a diseñar, planificar, ejecutar y publicitar los cambios que vamos a realizar, y es que hay que tener claro, que como dice el dicho: “renovarse o morir”, es decir la imagen de nuestra empresa tiene que adaptarse a las nuevas tendencias para atraer a más clientes, y poder seguir respondiendo con mayor efectividad a las necesidades reales de nuestros clientes.
Nuria Alonso y Esther Jiménez
Invesoc
