Tudela

Regreso navideño "de anuncio"

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l famoso anuncio de un turrón narra el regreso a casa de un hijo que vive lejos de la familia durante el año, pero al que la Navidad le permite volver a sentirse uno más en el hogar por unos días. Más allá de dramatizaciones publicitarias, la emblemática escena se ha convertido en real debido en parte a la crisis económica que, en el último lustro, ha propiciado que muchos jóvenes -y no tan jóvenes-, tengan que emigrar lejos de su tierra natal para labrarse un futuro. La Ribera no escapa a esos aventureros que, normalmente, cada mes de diciembre, protagonizan un emotivo 'regreso de anuncio'. A otros les tocará pasar las Navidades fuera al tener ocupaciones que les impidan volver.

PEKÍN-TUDELA, EN EL AIRE

A Diego Caro Serrano, tudelano de 26 años, no le esperan una cariñosa mascota y su madre al lado del fuego, aunque en cierto modo disfruta de un recibimiento especial. "Desde que estoy fuera, cuando entro a casa siempre hay una pancarta para recibirme y ese día mi madre organiza una buena cena donde no faltan la verdura, la tortilla de patata y el jamón", relata este arquitecto que trabaja en Pekín (China).

Esta vez, no está seguro de si esa cena tendrá lugar, porque su vuelta a casa está en el aire. "Tengo que entregar unos proyectos a final de año y aún no tengo ni idea de si podré escaparme unos días. De ir, serán sólo diez días, y lo que más ganas tengo de hacer es darle un abrazo a mi madre y a mi hermano", asegura.

VIAJE EXPRESS A ABLITAS

Quien sí tiene fecha de vuelta asegurada es Jesús Ventura Aguado. Ablitense de 25 años, quien estudia un Máster Musical en la Universidad de Artes de Zurich (Suiza). "Ya llevo tres años en tierras helvéticas y siempre he vuelto", cuenta. Este año su presencia en casa, donde normalmente "los compromisos se acumulan" y no para, se limitará a tres días. "Desde la tarde del 23 hasta el 26, cuando vuelvo porque debo estar presente para una serie de conciertos en Zurich con una orquesta". Esto le impedirá disfrutar de la habitual Nochevieja en cuadrilla con sus amigos de Ablitas. "Se vive con mucha intensidad y este año no va a poder ser", se lamenta.

EN ESTRASBURGO NO HAY PINCHOS

Sin duda salir de noche es una de las notas predominantes de estas fechas, y es algo que Paloma Ruiz Martínez deberá tomarse con algo de moderación este año. "Tengo exámenes justo a la vuelta", apunta esta tudelana de 24 años que estudia un Máster de Comercio Internacional en Estrasburgo (Francia). "Ya llevo siete años estudiando fuera y siempre he vuelto a casa por Navidad".

Esta vez serán 20 días, en los que intentará "descansar un poco y pasar tiempo con la familia y amigos". "Lo que más me apetece es irme de pinchos y comer en casa, que es lo que más echo de menos. Las comidas familiares y las posteriores salidas salidas son imprescindibles en estas fechas", añade.

TERTULIAS 'DE BAJERA'

Lo que añora Jorge Osés Rodríguez son "las tertulias que hay en la cuadrilla y que tienen lugar en la bajera de un amigo. Pasamos horas contando historias y poniéndonos al día, con unas cervezas. Es un momento muy agradable". Este tudelano de 25 años trabaja en la Oficina de Comercio Exterior del Gobierno de Aquitania, en Burdeos (Francia) y atesora una dilatada experiencia viviendo fuera de Tudela. Hungría, Irlanda del Norte y Eslovaquia han sido otros de sus destinos y también ha podido regresar siempre para pasar las Navidades en casa. "Si vives en Europa no es complicado porque existen muchas posibilidades de vuelos de bajo coste", afirma.

Jorge reconoce que en su familia se llevan mucho "las sobremesas". "Es una de las cosas que más ganas de hacer tengo. Son grandes momentos, con primos y otros familiares a los que veo poco, y también con mi abuela, con la que no puedo hablar por Internet igual que con los amigos mientras estoy fuera. Ella obviamente no maneja las redes sociales", admite.

NAVIDAD EN BERLÍN

No tendrá tanta suerte Estefanía Garde Marín, tudelana de 24 años que aterrizó en Berlín (Alemania) en agosto. "Por temas de trabajo no puedo ir a casa, van a ser mis primeras navidades fuera y lo llevo con bastante pena, pero habrá que amoldarse a la situación". Estefanía, junto con su novio vallisoletano que la acompaña en esta aventura, tratará de adaptarse a las costumbres navideñas de la capital germana sin renunciar a sus raíces. "Supongo que nos juntaremos los españoles que también estarán por aquí y celebraremos nuestros propios banquetes, aunque por supuesto sin los productos de la tierra que disfrutamos por la Ribera", afirma.

En Nochevieja vivirá la cuenta atrás que reune a miles de berlineses en la Puerta de Brandemburgo. "Aquí no se comen uvas, pero yo prometo que nosotros nos las comeremos antes de disfrutar de la fiesta y la cerveza", comenta a la vez que relata lo que más echará de menos. "Son muchas cosas, pero me encantaría ver la cara de mi prima cuando después de la cena de Nochebuena llaman al timbre y ella cree que es Papá Noel quien llama".

UNA TUDELANA EN LONDRES

Londres es una ciudad en la que miles de españoles -y cientos de riberos- han probado suerte. María Huguet Lumbreras, de 24 años, es una de ellas. Trabaja allí como camarera y el restaurante donde lo hace cierra por vacaciones durante estas fechas. "Otros conocidos no han tenido tanta suerte y tendrán que quedarse. Normalmente la gente del trabajo no lo pone fácil", señala.

La agitada vida de la capital británica hace que cualquiera añore su ciudad natal. "En esta gran urbe todo pasa muy rápido y cuesta hacer amigos, por eso echo de menos a mi gente. Tengo ganas de volver a ver las calles y de abrazar a familiares y amigos", asegura. "El día de Nochebuena pondré yo la mesa para que vean lo rápido que lo hago desde que trabajo como camarera", bromea.

Además, desea disfrutar como una niña de su primer regreso a casa desde que vive en Londres. "Me apetece mucho comer un asado del 'Coscolín' y apio, cosas que no se pueden encontrar por aquí, y también me hará ilusión ver la cara de mi prima abriendo los regalos", afirma.