Aires nuevos se han colado por la ventana del Club de Balonmano tudelano Sanchicorrota que, hace unos días, presentó al que será su nuevo presidente, hasta fin de temporada. Se trata del tudelano Ramón Jiménez, dueño del Bar Ramón, donde se encuentra la sede del club, y hasta ahora vicepresidente del Sanchicorrota, asume el reto con resignación pero muy ilusionado. Resignación, porque tal y como explica, “nunca me vi como presidente. Yo estaba muy bien en un segundo plano, en la vicepresidencia, pero las circunstancias mandan y aquí estoy”. E ilusionado, porque es consciente de que “se han hecho muchas cosas en 6 años y detrás del Club Sanchicorrota hay un proyecto deportivo muy majo”.
Precisamente, el que impulsó su antecesor en el cargo y amigo personal, Bruno Belío, quien abandonó la presidencia “por motivos personales”, provocando la renovación de una parte de la Junta Directiva. Su decisión, aunque respetada, no es compartida por Ramón Jiménez. “Me pilló por sorpresa. Respeto la opción de Bruno pero me sentó mal. Él fue quien impulsó todo esto hace seis años cuando me pidió que le echara una mano para formar el club y ha trabajado con ilusión”.
El Club Sanchicorrota de Tudela nació hace seis años de la escisión del Club Deportivo Tudelano y ha logrado colar a su primer equipo, el Senda Viva - Estructuras Corellanas en la Primera Nacional A. También, una plantilla de 80 jugadores y cerca de 200 socios.
En lo que queda de temporada, tiempo que, en principio, durará el mandato de Ramón Jiménez, el nuevo presidente se encargará de coordinar la asignación de categorías a los directivos, y aunará trabajo y esfuerzos con el resto de miembros de la Junta, centrándose un poco más en lo que concierne al primer equipo. Después, unas nuevas elecciones decidirán quién se queda en la presidencia del club balonmanista. De momento, Jiménez ha aterrizado en el cargo “para lo que haga falta. “Si tenemos que seguir porque de nuevo no se presentan candidatos, pues seguiremos”, afirma.
