La comisaría de la Policía Municipal de Tudela no cumple con la legalidad. Así lo afirmaron los representantes sindicales que forman la Junta de Personal del Ayuntamiento de Tudela. El desprendimiento de parte de una traviesa de madera del techo, el pasado mes de junio, ha obligado a la Junta a pedir al Comité de Prevención la clausura de esta zona, que se utilizaba como almacén para guardar las motos y donde se ubicaba el despacho de atestados y que se encuentra “impracticable”.
Este suceso ha vuelto a poner de manifiesto el estado en que se encuentran las dependencias del cuerpo y las deficiencias que presenta (se ubican en el edificio el Molinar, de manera “provisional”, desde hace 12 años). Prueba de ello es el hecho de que una persona minusválida no pueda acceder al lugar donde se realizan los atestados; la presencia de ratas, culebras e insectos; la falta de vehículos (hay cuatro coches y una furgoneta “inservible” para 58 agentes); así como la sala de 6m2 con 8 monitores, 3 ordenadores y una persona atendiendo el número de emergencias 092 y que tiene el aire condicionado estropeado y las dos veces que han tenido que ser evacuados ante las crecidas del Ebro. “Hace falta volunta técnica, política y capacidad de gestión para solucionarlo, así como dinero”, señalaron los representantes, quienes mostraron su malestar ante unas primeras declaraciones efectuadas por la edil responsable de Policía Municipal, Maribel Echave, en las que, según aseguraron, restó importancia al problema.
Por su parte, la edil, en rueda de prensa y poco antes de realizar una visita a las dependencias policiales, reconoció la necesidad de dotar al cuerpo de una nueva sede, pero afirmó que, por el momento y a pesar de haber realizado una memoria de necesidades y haber visitado diferentes comisarías en distintas ciudades de España, “el presupuesto es el que es y hay cosas más prioritarias”. Echave también señaló que esta situación no debe afectar a la labor policial, al mismo tiempo que dio a conocer que se iba a encargar un informe que será el que determine si el almacén apuntalado debe ser derribado o no. Mientras, se hará un calendario de actuaciones para realizar las reparaciones necesarias en las instalaciones. “También aprovecharemos para replantearnos el modelo policial, hacer turnos, ofertar plazas… Ya que no tenemos dinero para arreglar lo externo vamos a trabajar en lo interno”, destacó la edil.
