Corella

Las pestes atacan en años bisiestos y se curan con vino: Alfonso López de Corella, médico, filósofo y astrólogo del XVI

Si Tudela ha tenido personajes célebres o que al menos destacaron por sus virtudes, no es menos cierto que, dispersos por las localidades de la Ribera, abundan también los individuos de biografías peculiares, dignas de ser recordadas.

De las virtudes del vino
photo_camera Portada de su tratado acerca de las presuntas bondades del vino

En esta ocasión queremos fijarnos en la figura de Alfonso López de Corella, oriundo de la ciudad ribera que portaba en su apellido, y sin duda una de sus personalidades históricas más destacadas.

No conocemos con precisión el año de nacimiento de López de Corella, pero se supone que pudo ser hacia 1513, habiendo quienes lo avanzan hasta tan tarde como 1519. El hecho de que perteneciera a una familia de médicos por los cuatro costados y de un excepcional nivel cultural hace sospechar que fuera de origen judío converso, aspecto reforzado por el apellido de su padre, López de Coronel, médico de Ágreda emparentado probablemente con la conocida Venerable María Jesús de Ágreda.

 
IVSTA VLTIO: ‘justa venganza’
Iusta Ultio

Tanto en la portada del tratado De morbo pustulato como en la última página de De vini commoditatibus aparece este emblema inspirado en una fábula de Esopo. Su objetivo era advertir de que agredir a otros puede traer malas consecuencias, utilizando para ello la historia de un cuervo que capturó un escorpión para devorarlo, y a cambio recibió su picadura mortal.

El detalle nos aporta un ejemplo muy expresivo del mundo estético y de ideas típicamente renacentistas en el que vivía Alfonso. La aparición repetida de la imagen en sus obras podría apuntar a que sería acaso una especie de lema personal del autor, quién sabe si relacionado con algún hecho de su vida.

 

Al margen de cuál fuera el origen étnico, sus progenitores pudieron permitirse el lujo de enviarlo a estudiar primero a Salamanca, donde obtuvo el Bachillerato de Artes, y después a la universidad de Alcalá de Henares, de las más avanzadas de España, abierta a las corrientes renovadoras del Renacimiento y donde consiguió su título de licenciado en Medicina. Finalizada su formación (curiosamente nunca consiguió la categoría de doctor), se estableció como médico en Cornago, al servicio de los Luna, la familia aristocrática local, escribiendo varios libros en ese tiempo. Por entonces parece que las gentes de su pueblo natal lo llamaron para que fuera el médico de la localidad, ofreciéndole un sueldo generoso, ante lo cual nuestro personaje aceptó con gusto, acudiendo allí durante algunos años, si bien paralelamente se le otorgó plaza de médico en Peralta. No obstante, en el tramo final de su vida se estableció en Tarazona, como médico de la Villa, del Cabildo catedralicio y del hospital local, lugar donde falleció hacia 1584, tras haber dictado un largo testamento en beneficio de su familia.

Permaneció soltero y sin hijos toda su vida, dedicado en cuerpo y alma a su trabajo y la ciencia, aunque, como veremos enseguida, se podría inferir conjeturalmente que su objeto de deseo era más bien líquido y en botella…

De la lectura de sus obras deducimos que fue uno de los hombres más cultos de su tiempo, no ya de Navarra, sino de la Península entera, conociendo al detalle todo el legado bibliográfico clásico grecorromano e incluso algunas fuentes árabes. Su erudición resulta portentosa, lo que lo perfila como uno de los modelos más perfectos que conocemos del intelectual humanista del XVI, especializado profesionalmente en una tarea concreta como la medicina, pero interesado en todo lo que fuera alcanzar el conocimiento pleno en diversos campos.

El legado bibliográfico de obras escritas por él es bastante amplio (once grandes tratados), y hay que hacer notar que en su tiempo conoció cierto éxito editorial, reeditándose muchas veces sus libros más celebrados, de lo cual se deduce que fue muy leído y respetado. En las últimas décadas se han vuelto a publicar muchas de ellas, con frecuencia en ediciones bilingües comentadas y con aparato crítico, lo cual revela que sigue siendo un referente de primer orden en la historia de la medicina española.

En líneas generales se suele considerar que su mayor aportación fue la que hizo en el libro De morbo postulato (1574), monografía dedicada al denominado tabardillo o tifus exantemático epidémico, enfermedad infecciosa bacteriana que hacía estragos en aquella época entre poblaciones de nula higiene y mal alimentadas.

Pero no todo en López de Corella era rigor intelectual adelantado a su tiempo. Por medio de su libro de 1550 De vini commoditatibus libellus (‘Acerca de las ventajas del vino’) podemos conjeturar una de sus inclinaciones en cuanto a gustos y emociones… Ya sólo el título nos hace sospechar su contenido, y no exageraremos si afirmamos que la obra es una auténtica referencia de cabecera para los amantes del delicado néctar de Baco. 

En efecto, el texto consiste en una larga y apasionada defensa de las presuntas virtudes del vino, al que ensalza casi como la panacea universal contra las enfermedades. Según nuestro autor, su uso debía de extenderse a todos los niveles de la población, niños y mujeres incluidos. No sólo era agradable al gusto, sino capaz de salvar a un moribundo del peligro de muerte, llegando a pensar que dentro del vino se encuentra escondido el mismo espíritu de la vida. Según sus palabras textuales «entre las muchas alabanzas que, como halo de gloria, circundan al vino, (…) las principales son estas: aceite de vida, defensa de la salud, remedio de casi todas las enfermedades, antídoto de las malas afecciones del alma y estímulo y medio de incitación del ingenio».

Además de ello, en el texto Alfonso tampoco pierde la oportunidad de ensalzar a su tierra natal, a la que admira por estar repleta de los mejores frutos, asegurando que el nombre de Corella procedía del griego ἐλαΐς ‘olivo’ (etimología errónea, sin duda), árbol que también tenía en gran estima. Por supuesto, de todos los vinos del mundo el mejor era el de Navarra, y más concretamente el de Corella, afirmando que aunque el clima de la mayor parte de las tierras de España era salubre, Navarra era el summum del buen ambiente, pues «en ella el sol del verano no es abrasador, el frío del invierno no es horripilante, sino que reina una temperatura agradable».

Para finalizar, resulta interesante echar un vistazo a dos de sus primeras obras, tituladas Trezientas preguntas de cosas naturales (1546) y Secretos de Philosophia y Astrología y Medicina (1547), trabajos elaborados en el periodo de tránsito de Salamanca a Alcalá, que son en lo esencial un mismo texto, consistente en una lista de preguntas acerca de toda clase cuestiones naturales, a las que nuestro erudito ofrece sus propias respuestas. El método general consiste en exponer primero su teoría en versos octosílabos (recurso habitual en la época), seguido de largas disertaciones sobre el tema. 

Incluimos aquí varias composiciones de entre las que nos han parecido más curiosas (aunque ninguna tiene desperdicio), y que dan testimonio del mundo de creencias de la época acerca de la biología humana. Algunas nos pueden hacer reír, otras nos pueden sorprender (como, por ejemplo, la dedicada a la extendida creencia de que las viejas podían lanzar mal de ojo a los niños), otras nos revelan que hace 500 años también se pensaba que las costumbres se habían corrompido, y la última viene muy adecuada a nuestro tiempo, ya que la palabra bisextil significa ‘bisiesto’ y, en efecto, 2020 fue año bisiesto. ¿Será la razón astrológica que ofrece la que provocó que el pasado fuera un annus horribilis, y será verdad que se habría podido resolver administrando buen vino de Corella? No lo descartemos del todo…

Y por qué en la compostura
del hombre fueron las tetas:

Porque puedan defender
las tetas al corazón
le plugo a Dios proveer
al hombre y a la mujer
de tan buena defensión.
Por defenderlo de mal
se las puso junto al pecho:
lo cual ansí no fue hecho
en todo el otro animal.

 

Por qué los que tienen muchos mocos
enferman de causa leve:

Los de fría complexión
en enfermedad presto vienen:
los que muchos mocos tienen
fríos y húmedos son.
Clara está pues la razón
si lo que he dicho has notado:
aquel que fuere letrado
mire a Ugo en su cuestión.

 

Por qué es cosa reprobada
En casa nueva habitar:

Tiene muy mucha humedad
cualquier muy nuevo edificio:
y por esta cualidad
viene presto enfermedad
ansí habitarlo es gran vicio.
Ansí dicen los vulgares
un refrán que bien concierta:
hechos los nuevos pilares
el huerco viene a la puerta.

 

Por qué recibe tristura
el hombre cuando está solo:

Mucho suele imaginar
el que está sin compañía:
por muchas cosas pensar
se suele cierto causar
muy mucha melancolía.
El cual humor da tristura
como Galeno nos cuenta:
y ansí es clara la escritura
el estar en casa escura
también la tristeza aumenta.

Por qué es consejo bueno
do hay peste cabras tener:

La orina que es del cabrón
al aire que está dañado:
le corrige su infección
y quita su corrupción
y lo limpia en grande grado.
Esto es muy evidente
según por muchos se suena:
aquel doctor Cartagena
responde diversamente.

 

Por qué se abrevia la vida
conforme al tiempo pasado:

Los hombres no son reglados
ahora como antiguamente
a lujuria son más dados
no han barbas ya son casados
comen desenfrenadamente.
Por este mal regimiento
nuestra vida se ha acortado:
y no tienen tal asiento
las estrellas según cuento
como en el tiempo pasado.

 

Y por qué pueden las viejas
a los niños ojear:

Salen vapores malditos
de los ojos de las viejas:
y llegando a los chiquitos
ponenlos malos y aflictos
y adelgazan sus pellejas.
Por el niño ser muy tierno
es muy más presto aojeado:
esta causa discierno
aunque otras he hallado.

 

Por qué años contagiosos
suelen ser los bisextiles:

A Saturno es dedicado
el año que es bisextil:
porque reina en este estado
este planeta malvado
hay enfermedades mil.
Por ser tan malo este año
conforme a Savonarola:
es malo entrar en el baño
mas este dicho es extraño
si esta razón tiene sola.