Alfaro

Peligrosas armas de imitación

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El Servicio de Consumo del Gobierno de Navarra ha detectado en los recintos feriales de diversas fiestas locales de Navarra el uso inadecuado de armas de imitación (airsoft/softair) que se están vendiendo por los llamados “manteros” como juguetes, principalmente a la población infantil, y se están entregando como premios en las casetas de ferias. Desde el Gobierno se recuerda que este tipo de armas de imitación no son juguetes y se apela a la responsabilidad de los padres

El citado Servicio de Consumo indica que estas armas son réplicas de las reglamentadas (Real Decreto 137/1993, de 29 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de armas), construidas en plástico o metal, conocidas como pistolas que disparan bolas de plástico de PVC de 6 mm de diámetro con unas velocidades comprendidas entre los 30 y los 120 metros por segundo, proporcionando la potencia de impacto un perforado visible en las dianas de papel.

Tal y como se señala desde el Servicio de Consumo, estas armas no son juguetes y se están utilizando inadecuadamente por parte de la población infantil (menores de 14 años), siendo palpable el potencial riesgo para la salud y seguridad. Deben tratarse con el mismo respeto que se haría con un arma de fuego real, respetando las normas básicas de seguridad: no deben ser utilizadas por menores de 14 años; no apuntar a personas o animales; tener las armas fuera del alcance de los niños; y tener siempre las armas descargadas y con los seguros puestos.

El Servicio de Consumo ha puesto en conocimiento todos los datos disponibles en relación con las armas de imitación de los mandos de la Policía Foral (Unidad de Investigación y Denuncias, así como en materia de seguridad y protección ciudadanas), para que actúen en consecuencia.

Debido a que las armas de imitación se vendían hasta hace poco mayoritariamente como juguetes, en 2003 el Partido Popular y el Partido Socialista pactaron una proposición no de ley, a través de la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso, instando al Gobierno a prohibir que estas armas se publiquen en catálogos infantiles y juveniles, al considerar que su uso entra en contradicción con los fines y valores que persigue la educación. La propuesta era que estas armas se publiquen en catálogos especializados dirigidos a adultos.