Tudela

Para un quince de mayo

Por celebrar San Isidro

he venido, hoy, a su Fiesta

con un corazón alegre

y más de un millón de quejas.

Pocos ángeles del cielo

trabajamos, hoy, las tierras.

Muchos se marchan del campo

huyendo de las miserias.

Y a San Isidro no veo,

a pesar de su grandeza,

interceder por los precios

que tienen nuestras cosechas.

Y aún así la fe no pierdo

y sigo amando la tierra

y odiando cada vez más

a los diablos del Planeta.

Y enamorado del campo,

aunque el campo no es lo que era,

voy dejándome la vida

por Murchante y su Ribera.

Y amigos agricultores,

ganaderos y hasta empresas,

cooperativas y socios,

para esquivar la pobreza

no habrá futuro en el campo

si no unimos nuestras fuerzas.

Y promocionar lo nuestro

debe ser nuestra tarea.

Y no vengan a jodernos

los que siempre nos revientan...

Con implicación de todos

y el Santo así lo quiera,

disfrutemos de este día

y de otros que así nos vengan.

Y celebrar San Isidro

nos ayude a darnos cuenta

que especulan con nosotros

los diablos de este Planeta.

Roberto Simón